El buceo en Filipinas nos permitió ver barcos hundidos y tiburones whitetip dándonos un espectáculo asombroso. Por Tania Garimani.
Sin pretensiones turísticas, Rabat es coqueta, sin esmerarse en deslumbrar con encantos artificiosos ni recrear un mundo que sólo existe para el turista.
El guía nos dijo que nunca había tenido viajeros con tanta suerte para ver animales. ¡El jaguar del Pantanal no se ve dos veces!
Desde el primer minuto en Roma me quise ir. Ahora, mirándolo en perspectiva, debería volver y darle una nueva oportunidad.
En nuestra pequeña expedición para avistar orangutanes en Bukit Lawang, Indonesia, nunca pensamos que los buscados seríamos nosotros. Por Pilar Cornejo.
Hay momentos en los que uno quiere viajar para conocer y recorrer. Y otros… ¡para hacer absolutamente nada!
Al volver a Santiago mi cabeza viaja de vuelta a esas bellas tierras de verde intenso y gente amable, y casi de forma instintiva comienzo a planificar mi próxima visita.
Siempre digo que cada lugar tiene lo suyo y que todos me gustan por igual. Pero mi rincón favorito en el mundo es Cádiz.
Superar los miedos, conocer nuevas especies y depender de una linterna para bucear. Esa fue mi aventura submarina en Koh Tao.
Siempre pensé que Nueva York sería donde primero aterrizaría, pero las vueltas de la vida quisieron que quedara para el final.
Nos fuimos de Uruguay contentos, enamorados y felices de volver a vivir este país mágico, tranquilo, acogedor y, sobre todo, inigualable. Por Valentina Orlandi.
Siquijor nos enamoró por sus atardeceres, sus personas, su simpleza y por su extrema sensación de paz y felicidad.