Perseguida por un orangután


Banner Faro Tours
Banner Faro Tours

 

En nuestra pequeña expedición para avistar orangutanes en Bukit Lawang, Indonesia, nunca pensé que terminaría siendo perseguida por un orangután. Por Pilar Cornejo.

 

Mis amigos y yo estábamos en la selva de Bukit Lawang, en Indonesia. Anduvimos caminando dos días por ella, entre la densa vegetación, en busca de orangutanes, hasta que nos topamos con Mina.

Mina es una orangutana semi salvaje que fue maltratada por humanos durante sus primeros años de vida y luego rescatada, rehabilitada y liberada en la selva. Hoy Mina tiene un hijo/a y se dedica a acechar a turistas como nosotros.

Orangutanes en Bukit Lawang

Mina y su hijo

Al principio se mostró curiosa. Bajó de las ramas atraída por nuestra presencia y las zanahorias que nuestros guías llevaban para distraerla. O al menos eso creímos.

Pero Mina no estaba interesada en las zanahorias. En cambio, comenzó a caminar de un lado a otro, persiguiendo a quien se cruzara en su camino. Sus movimientos eran lentos y letárgicos, haciéndola ver inofensiva, y dándome tiempo para tomarle algunas fotos. Los guías, sin embargo, nos ordenaron movernos rápido por el camino, mientras ellos distraían a Mina con otras frutas más apetecibles.

Luego de unos minutos ya estábamos fuera de peligro y seguimos nuestra caminata como si nada.

Dos horas después ya era momento de almorzar. Nos sentamos en unos troncos y, cuando estábamos comiendo el postre (piña y guayaba), escuchamos unos ruidos que en segundos se hicieron muy evidentes junto con un movimiento anormal de los árboles a unos 100 metros de nosotros. Mina nos había seguido.

Los guías comenzaron a guardar todo rápidamente, ordenándonos dejar de comer y movernos… corriendo.

Para variar mis pies ya me dolían y tenía las zapatillas a medio poner, pero en la emergencia tuve que tomar mi mochila y salir disparada: Mina ya estaba a pocos metros y esta vez avanzaba rápido por tierra con su guagua bajo el brazo.

Corrí y corrí, saltando troncos y pisando hojas y hierba húmeda, haciendo lo posible por no resbalarme, o peor, perder una zapatilla en la fuga. Los guías nos gritaban que siguiéramos corriendo y yo les hice caso.

Orangutanes en el Parque Nacional Bukit Lawang

Entre los árboles, más orangutanes

En medio del alboroto, de pronto sentí que alguien tomó mi mochila con fuerza. Había sido capturada por Mina… no había corrido lo suficientemente rápido y me iba a convertir en su almuerzo.

Sin mirar atrás seguí corriendo.  La mano misteriosa soltaba y agarraba mi mochila a ratos, y en esos intervalos me atrevía a mirar por sobre mi hombro para confirmar que Mina estaba a menos de cinco metros de distancia, aún persiguiéndonos.

La persecución duró hasta que pasamos a otro grupo de guías que por suerte tenían deliciosa fruta fresca y exótica, lo que al fin fue suficiente para detener a Mina y salvar nuestras vidas.

Paramos para tomar aire, sin poder creer lo que había pasado. Yo seguía en shock. Después de unos minutos pude hablar: “¡Mina me tomó la mochila! ¡Casi me atrapa!”.

Una de mis compañeras de grupo estalló en risa. ¿Qué pasaba? ¿Por qué se reía de mi casi muerte? ¡Si no me mataba la orangután iba a morir de un infarto!

– Pili, era yo.

Mi amiga, en la desesperación, agarró y soltó mi mochila muchas veces para no perder el equilibrio. Su cabellera pelirroja era igual al pelaje de Mina y lo cierto fue que la orangutana estuvo a 5 metros de nosotras, pero jamás nos alcanzó.

La risa fue generalizada. Me sentí casi parte de una cámara indiscreta y la historia pasó a ser nuestra mejor aventura en el Parque Nacional Bukit Lawang.

Lugar:

Indonesia

Intereses:

Vida salvaje

Comentarios