Antes de Portugal, tu sentencia: vivir es ser otro, recuerda Fernando. Vivir es ser otro, grita el tiempo y tus manos. Vivir es ser otro.
En el Pacífico panameño se encuentra Santa Catalina, un pueblo costero conocido mundialmente por el surf.
Este no es el Sydney de los rubios y bronceados, sino el real, que no parece comercial de bronceador y que vale la pena conocer.
Decidí que llegar a Israel con más preguntas que respuestas a buscar entre ruinas e historia, será mi próximo gran viaje.
En el colegio me enseñaron la cultura egipcia, pero jamás pensé que estaría frente a frente con las fotos de aquellos libros.
Cerca de Veracruz hay unas magníficas pirámides poco conocidas por turistas y afuera de ellas hay cinco hombres que vuelan.
Había escuchado muchas veces sobre estas ciudades, pero nunca imaginé los asombrosos lugares que se escondían por allí.
Cerca del lago General Carrera, este pueblo minero que alguna vez fue un pujante caserío industrial, regresa desde el olvido.
Con más de 15 reservas arqueológicas que evidencian su pasado maya, Belize no puede quedar fuera de mi bucket list.
La Habana fue mi abuela, agosto de 2009, una que otra danza africana y la pasión de un amor al que todavía le quedaba tiempo.
Después de ver los cuerpos samoanos tatuados, símbolos de una cultura milenaria intacta, ¿cómo no agregar Samoa a mi lista de sueños por cumplir?
Hace algún tiempo, cuatro amigos decidimos hacer lo que bautizamos como el “eurofurgonetatrip”, un inolvidable viaje por Europa.