Llegué a Novosibirsk un año nuevo, tal vez el mejor de mi vida, pues empecé el 2015 haciendo lo que más me gusta: viajar.
¿Se puede estar muerto de la risa 24 horas al día? En Gili Trawangan sí, porque es la isla de los hongos alucinógenos.
Con una visita quedé enamorada de Londres, una ciudad moderna, cosmopolita, histórica y bohemia. Por Nicole Olivares.
Después de ver miles de templos, andar en las peores rutas y cargar mi mochila todos los días ¡era hora de irse de fiesta!
Decidí viajar el 31 de diciembre. Me seducía la idea de pasar la noche de año nuevo a bordo de un avión con destino a algún país lejano.
En Las Vegas todo (literalmente) es posible, si se cuenta con harta energía y varios dólares en el bolsillo. Por Mauro Seguí.
Como dice Tim Cahill, “un viaje se mide en amigos, no en millas”. A eso yo le llamo el factor común.
Quería volver, pues sería como una primera vez. Sin recuerdos del lugar donde nací, regresé después de 23 años a Quito.