What happened in Vegas, stays in Vegas

Bienvenidos al parque temático para adultos más grande el mundo, donde todo (literalmente) es posible, si se cuenta con harta energía y varios dólares en el bolsillo. Por Mauro Seguí.

Torre Eiffel en Las Vegas

Las Vegas y sus luces

Como parte de mi recorrido por la costa oeste de USA, decidí dar el salto y tomarme un avión para conocer los misterios de esta ciudad tan controversial que nunca pasa inadvertida entre sus visitantes. Ya sea que nos dejemos embriagar por el néctar de lo prohibido, o nos resistamos a caer en el vacío del libertinaje, es prácticamente imposible despedirse de esta ciudad sin una opinión formada.

Las Vegas

Las Vegas es desenfreno, ostentación, adrenalina, exceso….todo junto y al alcance de la mano. “La ciudad del pecado” no para: o te adaptas a su ritmo o simplemente te pasa por encima.

Las Vegas no aparece en la escala de los grises. Es blanco o negro, es amor apasionado u odio visceral, es ficción o realidad, es todo o nada.  Es emoción y, como tal, es pena, alegría, ira y miedo. Es fascinante e insignificante. Es majestuosa e indecorosa. Es un oasis de obscenidad en medio del desierto, una Eva seductora que nos invita a probar la manzana prohibida del paraíso.

Viajero Faro comiendo en Venetian en las Vegas

Comiendo en Venetian

Es soñar despierto o despertar de un sueño. La perfección de lo irreal. Un viaje cultural y gastronómico alrededor del mundo cuyo mayor desafío es creer sin pretender. Comenzar la mañana recorriendo el lejano Egipto, almorzar bajo el “cielo” de Venecia, cruzarse a tomar un café a orillas del Lago di Como y concluir el día en la ciudad luz, comiendo en un restaurante de la Torre Eiffel.  Todo es mágicamente posible y a la orden de cada presupuesto.

La noche en Las Vegas

Se va el sol y aparecen las luces. Sin ánimos de utilizar una metáfora como recurso literario, la ciudad surge de entre las sombras y el cielo negro opaco desaparece bajo un espectáculo multimedia de luces y sonido. Roma y su Coliseo de pronto se vuelven futuristas. Suben las apuestas y los más osados comienzan un nuevo día que durará hasta el amanecer. La recompensa no tiene límites, y ese es su mayor atractivo. Conocer tu propio límite es la única opción.

Delirium tremens

En mi caso, creo que Las Vegas no pudo conmigo… ¿o yo no pude con ella? Si bien no consiguió hacerme caer entre sus redes, por momentos logró adormecerme y embarcarme en las profundidades de su delirium tremens. El saldo resultó positivo y definitivamente valió la pena, aunque no creo que extrañe su vorágine en un largo tiempo. Una experiencia única para vivir al menos una vez en la vida, tacharla de la lista, y seguir cumpliendo sueños viajeros.

Intereses:

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