Más allá de la región de Capadocia, hay cientos de paisajes que se pueden sobrevolar en globo. ¡Estos son mis elegidos!
Llevábamos tres horas esperando que aparecieran. Y, cuando casi nos dimos por vencido, ¡dos, tres, y hasta cuatro rayos comenzaron a bailar en el cielo! Por Camila Werner
Después de 20 años regresé a Moscú, donde viví una importante etapa de mi vida. Aunque algunas cosas han cambiado, la capital rusa sigue siendo la imponente ciudad que recordaba.
Desde Hong Kong crucé a Shenzhen y decidimos pasear por Guilin, Yanhghuo, Xingping, Chengdu, Xi’an, Pingyao y Beijing.
Como dice Tim Cahill, “un viaje se mide en amigos, no en millas”. A eso yo le llamo el factor común.
Con mi equipo de trekking renovado y un nuevo compañero de aventuras, hice una lista con los lugares que quiero caminar.
Con varios artistas en mi cabeza, viajé a Francia para descubrir la cuna del impresionismo y la fuente de inspiración de famosos cuadros.
Primero fueron los pájaros de Atenas, luego el blanco y el azul de Mykonos y, finalmente, el silencio de Santorini.
Cuando llegas a este pueblo, todas tus percepciones cambian. Quieres quedarte a vivir ahí, y te da lo mismo que te queden cientos de lugares por recorrer. Pai es el paraíso.
No sé si es por la cultura, el idioma o las tradiciones, pero me siento atraída por conocer desde dentro una comunidad gitana.
No hay mejor modo de conocer un lugar a través de sus sabores. En esta ocasión probé la especialidad mexicana: grillos fritos.
Mi sangre gitana me pedía pedía a gritos salir a recorrer el mundo. Hasta que decidí cumplir mi gran sueño: dejarlo todo y partir.