Siempre digo que cada lugar tiene lo suyo y que todos me gustan por igual. Pero mi rincón favorito en el mundo es Cádiz.
Nos fuimos de Uruguay contentos, enamorados y felices de volver a vivir este país mágico, tranquilo, acogedor y, sobre todo, inigualable. Por Valentina Orlandi.
Siquijor nos enamoró por sus atardeceres, sus personas, su simpleza y por su extrema sensación de paz y felicidad.
Bastó subir una foto de este desierto de arenas blancas y ríos de agua cristalina para que todos me preguntaran por este paraíso.
Las fiestas que no terminan y las playas que parecen fuera de este mundo fueron las razones para comprar un pasaje a una isla que no pierde su magia.
Lo que habíamos escuchado sobre Koh Rong Samloem hizo que esta isla se convirtiera en nuestro sueño por cumplir. Por Tania Garimani.
Conocí la isla del carrete mundial pero de forma bien chilensis. Y las experiencias que viví me permitieron despojarme de algo más que mis prejuicios.
Buscar el paraíso que teníamos en mente no fue fácil. Pasamos por dos lugares y lidiamos con varios animales para encontrarlo. Pero finalmente llegamos.
Con pocas expectativas partí a la costa oeste australiana, que pasó a ser mi destino favorito. Por Angela Reinecke.
Hay lugares que aún no sobreexplotados, donde se puede conocer la verdadera esencia de su cultura, paisajes, comidas y espontaneidad. Como Karimunjawa.
En nuestro afán por coleccionar playas, nos fuimos de vacaciones a un lugar que hace rato nos estaba tentando: Bocas del Toro.
Nos fuimos al Sudeste Asiático por tres meses para sumergirnos en templos, playas y naturaleza. Pero me quedé con un sueño pendiente: ir a Filipinas.