Bastó subir una foto de este desierto de arenas blancas y ríos de agua cristalina producida por la lluvia, para que todos me preguntaran cómo llegar a ese paraíso. Esta es la historia de la nueva aventura junto a mi padre y los mejores tips de este alucinante destino.

Con mi papá en las dunas

El mejor partner de viaje es mi papá. Como es brasilero, tiene los  datos de los lugares más espectaculares de su país. Con sus 63 años, sigue amando la mochila en la espalda, la naturaleza y la fotografía, intereses que yo también comparto, por lo que hacemos un gran equipo.

– ¿Vamos a Lençois Maranhenses en junio? –me dijo en enero.

– No sé qué es eso, pero ¡vamos! –le respondí entusiasmada.

Google: Lençois Maranhenses. Wow, ni siquiera sabía que existía algo así. Un parque natural de dunas de arena fina y blanca, que se generan por el fuerte viento del lugar. Tras la época de lluvia tropical, estas dunas se llenan de agua cristalina en forma de ríos y lagunas, creando un espectáculo visual. Es importante saber que la mejor época para ir es justo cuando se acaba la estación lluviosa, o sea, de junio a septiembre. Es en esas fechas cuando las lagunas están llenas, si no, sólo verán un desierto de arena.

Dónde ir

Nuestro vuelo fue de Santiago a São Paulo y de ahí a São Luis de Maranhão. Ahí hay que llegar al terminal de buses y tomar un bus durante 4 horas y media a Barreirinhas, la ciudad más cercana a los Grandes Lençois. Este lugar no tiene mucho encanto y sólo vive de los tours al Parque Nacional. Lo más entretenido que hay para hacer es ir a comer a la vera del río Preguiça. Recomiendo la moqueca de pescado y camarones, las coxinhas de frango y el açaí con banana y granola.

Faro presente en Lencois

Para dormir, una gran opción es “Paraíso dos Lençois”, la hostal más limpia y agradable que encontramos. Ahí mismo contratamos los tours, una buena opción dado que no es posible hacerlos por cuenta propia, ya que el camino para llegar a la entrada del parque tiene una distancia de 10 km por terrenos bastante complicados, por lo que sólo entran camionetas 4×4 autorizadas.

El parque en sí es enorme, con cerca de 160.000 hectáreas. Los tours pueden ser de uno o medio día. Yo recomiendo hacer el tour a Lagoa Bonita y Lagoa Azul, donde puedes caminar, saltar y correr entre las dunas y tirarte a estas lagunas maravillosas. Sin duda, hay que quedarse a ver el atardecer, uno de los espectáculos imperdibles.

Hay un tour de día completo hacia Atins, un pueblo en el mismo Parque Nacional. Si lo toman, asegúrense de poder conocer las cascadas (cachoeiras en portugués) y la laguna Siete Mujeres. La verdad es que es todo más o menos lo mismo, pero un día no es suficiente para poder disfrutar y dejar grabado en la memoria este lugar que parece irreal.

En resumen, son cinco horas de vuelo desde Santiago a São Paulo, dos horas más a São Luis, cuatro horas y media en bus hasta Barreirinhas y dos horas en camioneta 4×4 entre el barro y las lagunas para llegar Lençois Maranhenses. Sin duda, vale todo el esfuerzo, porque para mí  es por lejos uno de los destinos más espectaculares que he visitado. 

Atardecer en Lencois