No sé si es por la cultura, el idioma o las tradiciones, pero me siento atraída por conocer desde dentro una comunidad gitana.
Viajar a India es volver el tiempo atrás, retroceder siglos a un lugar en donde la vestimenta, el lenguaje, los modales, la religión y hasta la forma de relacionarse es completamente distinta.
Sobrevolé el Delta del Okavango, me encontré de frente con animales salvajes y hasta presencié danzas tribales.
Hace 20 años que no visitaba la Polinesia Francesa. En Papeete las cosas no han cambiado mucho, pero de todas maneras aprovecho la pasada para conocer la isla.
El Alto se ha convertido en el ring de las cholitas luchadoras, que disfrutan trenzándose a combos. Foto: Flickr.com/clebermachado
¿Cómo será vivir en un ger? ¿Cómo se sentirá estar en constante movimiento, como lo hacen los nómades de Mongolia? De aquí nace mi sueño.
Mi viaje comenzó en Iquitos, con animales salvajes, pueblos perdidos en la selva e innumerables aventuras.
Llegué a Stone Town por casualidades de la vida. Sin expectativas y abierto a las sorpresas. Y lo que encontré fue asombroso.