Todos hemos dicho alguna vez “me voy a hacer un tatuaje”. A mí me llevó tiempo tomar esta decisión y ahora es un nuevo sueño por cumplir.
Después de ver «la pequeña manzana» en los Panamericanos, decidí contarles cuáles son mis lugares favoritos de esta ciudad.
Aunque no estaba en mis planes, me las ingenié para pasar 48 horas en Ámsterdam, las favoritas de todo mi viaje europeo.
Siempre está bueno aprender algo nuevo y darnos cuenta una vez más de que la televisión sólo nos desinforma.
París siempre me recordó a Buenos Aires, a Madrid, a que cada vez que vienes lo descubres con otra piel, con otras historias salpicadas por el amor o el desamor.
Era mi primer viaje largo, estaba sola en el Viejo Continente y, sin duda, era la primera vez que me encontraba tan vulnerable.
Sin pretensiones turísticas, Rabat es coqueta, sin esmerarse en deslumbrar con encantos artificiosos ni recrear un mundo que sólo existe para el turista.
Desde el primer minuto en Roma me quise ir. Ahora, mirándolo en perspectiva, debería volver y darle una nueva oportunidad.
Hay momentos en los que uno quiere viajar para conocer y recorrer. Y otros… ¡para hacer absolutamente nada!
Al volver a Santiago mi cabeza viaja de vuelta a esas bellas tierras de verde intenso y gente amable, y casi de forma instintiva comienzo a planificar mi próxima visita.
Siempre digo que cada lugar tiene lo suyo y que todos me gustan por igual. Pero mi rincón favorito en el mundo es Cádiz.
Siempre pensé que Nueva York sería donde primero aterrizaría, pero las vueltas de la vida quisieron que quedara para el final.