Dicen que la gente se pone extraña con la luna llena. Sobre todo si le sumamos baldes de alcohol, fuego y mochileros on fire.
Me tatué una tortuga en la espalda soñando con nadar con alguna y, sobre todo, recorrer el mundo como ellas lo hacen.
Una isla habitada por caníbales, de la que ninguna persona ha logrado salir viva. ¿Te atreves a conocerla?
Este viaje surgió de una conversación de amigas. Así que, antes de que el verano se llenara de panoramas, partimos a Perú.
Tengo tantos sueños viajeros que no podría elegir uno solo. Pero hay uno de estos viajes imaginarios que tengo entre ceja y ceja.
Sueño volver a Filipinas y ver a los niños viviendo su infancia, el ecosistema siendo respetado y, por sobre todo, espero que su gente encuentre la dulzura y felicidad que ha perdido.
A pesar de haber quedado cesantes el día anterior, mi pololo y yo partimos a nuestras merecidas vacaciones a Pucón. Por Andrea Gutiérrez.
Motivada por lo que parecía un destino paradisíaco, bastó con pisar Gili para que se convirtiera en un verdadero infierno.
En un viaje por Uruguay me quedé corta de plata pero eso no me impediría terminar mis vacaciones. Por eso, la idea de ahorrar haciendo dedo fue lejos la mejor que tuve.
Hace algo más de un año atrás, viendo el programa «Paraísos Vírgenes» playas paradisíacas aparecieron en la pantalla: las islas Maldivas.
Hace casi 20 años viví en Brasil, así que nunca lo consideré para mis vacaciones. Eso hasta que Ilhabela se cruzó en mi camino.
Cuando llevas varios meses fuera del país aparece la nostalgia y empiezas a darte cuenta de lo increíble que es Chile.