Siempre está bueno aprender algo nuevo y darnos cuenta una vez más de que la televisión sólo nos desinforma.
No soy de ninguna religión. Sin embargo creo en un dios, en la energía y demases, por lo que algún día me gustaría visitar La Meca, en Arabia Saudita.
Viajar por el mundo es aprender nuevas recetas para recordar. Porque cuando saboreo un gusto familiar, vuelve a mi mente un recuerdo que creía perdido.
En Nepal me enamoré de Chitwan, un rincón del que no sabía nada, pero que se volvió emocionante y hermoso.
Conocí este país camino a Bali y, a pesar de comentarios de otros viajeros, entendí que Singapur posee un pedacito de toda Asia.
Desde Hong Kong crucé a Shenzhen y decidimos pasear por Guilin, Yanhghuo, Xingping, Chengdu, Xi’an, Pingyao y Beijing.
Viajar a India es volver el tiempo atrás, retroceder siglos a un lugar en donde la vestimenta, el lenguaje, los modales, la religión y hasta la forma de relacionarse es completamente distinta.
¿Cómo será vivir en un ger? ¿Cómo se sentirá estar en constante movimiento, como lo hacen los nómades de Mongolia? De aquí nace mi sueño.