Tengo tantos sueños viajeros que no podría elegir uno solo. Pero hay uno de estos viajes imaginarios que tengo entre ceja y ceja.
Tráfico de locos, comida deliciosa y ¿dengue? Mi agitada llegada a la vibrante ciudad vietnamita no fue lo que tenía en mente.
Sueño volver a Filipinas y ver a los niños viviendo su infancia, el ecosistema siendo respetado y, por sobre todo, espero que su gente encuentre la dulzura y felicidad que ha perdido.
Nos aventuramos a un viaje por uno de los lugares que más soñaba conocer de este planeta: ese mar de arena dorada llamado Sahara.
A pesar de haber quedado cesantes el día anterior, mi pololo y yo partimos a nuestras merecidas vacaciones a Pucón. Por Andrea Gutiérrez.
Cumplí un viejo anhelo, ir a India. Fue un viaje intenso y muy fuerte emocionalmente, no encontré lo que buscaba, pero finalmente descubrí algo mucho mejor.
Motivada por lo que parecía un destino paradisíaco, bastó con pisar Gili para que se convirtiera en un verdadero infierno.
En un viaje por Uruguay me quedé corta de plata pero eso no me impediría terminar mis vacaciones. Por eso, la idea de ahorrar haciendo dedo fue lejos la mejor que tuve.
Porque amo la naturaleza, siempre trato de hacer paseos, y en Chile hay mucho por conocer. Por María Jesús Ossa.
¿Cuánto aprendí? Las definiciones parecen lejanas. Una convicción: en Myanmar las huellas son siempre eternas.
Gracias a las amigas que hice en mi intercambio a España decidí viajar a México y sumergirme en esta cultura que tenía muchas cosas que enseñarme.
La esencia de Italia vive en Nápoles y, si visitas la ciudad, es probable que quedes prendado de su locura, al igual que yo.