Tengo ganas de conocer mi hermoso país que, para el resto del mundo, suele ser la última frontera por explorar, pero que para muchos de nosotros no es ni la primera.
Sin planearlo, compré un pasaje a Guatemala. Las cosas se fueron dando y el destino me tenía preparada una gran sorpresa.
Sobrevolé el Delta del Okavango, me encontré de frente con animales salvajes y hasta presencié danzas tribales.
Mi viaje por el Amazonas continúa a bordo de un barco carguero algo incómodo, pero que hoy recuerdo con nostalgia.
Mi viaje comenzó en Iquitos, con animales salvajes, pueblos perdidos en la selva e innumerables aventuras.
Esta es la historia de cómo una simple experiencia se convirtió en uno de los momentos más lindos de mi viaje. Es la prueba de que cualquier episodio puede convertirse en algo especial.