Me gustaría pensar que el origen se quiebra con una sucesión de días que como un susurro dictan que una vida después del después volví a Chiloé.
Existen tres lugares en este mundo que me permiten combinar mi amor por los gatos con mi pasión por los viajes. ¿Quieres conocerlos?
Porque no es fácil encontrar picadas en este pueblo, hice una lista de 5 lugares donde comer rico sin tener que gastar de más.
Lo reconozco: tengo alma golosa. Y, aunque fui sin expectativas, en Bélgica me di cuenta del paraíso gastronómico en el que estaba.
Esta fue una de esas ciudades que me cambió la vida y me desarmó el rompecabezas. Allí perdí piezas viejas, pero gané muchas nuevas.
Un hermoso puente me lleva a Buda y otro a Pest. Ya no sé cuál es cuál. No importa, hoy son una sola gran ciudad llena de vida y diversión.
Hay un destino que hace algún tiempo me está dado vueltas en la cabeza. Se trata de Japón y ahora les cuento el porqué.
Anoche soñé con Florencia, una ciudad que reúne muchísimos elementos. Es una capital cultural y, en su minuto, también lo fue del país de la bota.
Este estado de Malasia es un imperdible para descubrir nuevos sabores y dejar los pies en la calle.
Montreal te atrapa con su bohemia, su arquitectura, su gente, su vida nocturna y ese pulso latino que la hace ser única en el mundo.
Hay cosas que amo en la vida. Una, ya la saben, es viajar; la otra es comer y, cuando puedo juntar ambas, la vida es simplemente perfecta.
Tráfico de locos, comida deliciosa y ¿dengue? Mi agitada llegada a la vibrante ciudad vietnamita no fue lo que tenía en mente.