El festín de México DF


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Hay cosas que amo en la vida. Una, ya la saben, es viajar; la otra es comer y, cuando puedo juntar ambas, la vida es simplemente perfecta.

 

Por  trabajo me mandaron una semana a México DF y lo que más hice fue comer. Mañana, tarde y noche probé todo lo que se cruzó en mi camino; ya sabía que estaba en un país reconocido mundialmente por su exquisita gastronomía, pero me atrapó la mezcla de sabores, texturas, olores e ingredientes milenarios.

Tacos

Tacos

Comida rápida con amor

Cuando uno viaja se recurre bastante a la comida rápida de cadenas americanas (no daré nombres pero todos saben cuáles son). Es comida barata, con un sabor conocido, sabemos qué es cuando la pedimos y está en todas partes. En México está completamente prohibido hacer una parada en estos lugares, ya que tienen su propia comida rápida que le da al menos unas mil patadas a la que conocemos.

El Farolito es una cadena de restaurantes que ofrece tacos, quesadillas y tortas. Cuando digo tortas imagínense al chavo diciendo “torta de jamón”, son sándwiches pero mejorados. Yo soy bien chancha para comer así que si están a dieta no sigan mis recomendaciones. Me comí una torta al pastor con queso, esto quiere decir carne, tomate, muchísimo queso y aliños increíbles, junto a otros ingredientes que no sé qué eran pero transformaron mi torta en toda una experiencia. Cuidado con las salsas que vienen, todas son extra picantes.

Quesadillas

Quesadillas

Para la caña

Luego de una fiesta de tequila y Jägermeister que me dejó botada todo el día siguiente, me fui a recorrer el centro de la ciudad y a comer por dos, ya que había perdido todo el día anterior tomando sólo agua.

Soy una fanática de la comida callejera, cada vez que veo un carrito quiero degustar lo que ofrecen, me da lo mismo lo que sea, la vida se trata de experimentar cosas nuevas, aunque no sean de mi costumbre o no entren por la vista, ¡hay que probarlo todo! No me da miedo enfermarme porque creo que no hay nada más sano que ver cómo preparan tu comida  frente a tus ojos.

Primero me encontré con un puesto de hamburguesas caseras, me comí una muy rica de carne, lechuga y queso, pero mi hambre insaciable hizo que siguiera caminado. La suerte me condujo al mejor carrito de comida que he probado de mi vida, que ofrecía todos los tipos de quesadillas que te puedas imaginar; yo me pedí la más rara, algo que nunca había ni siquiera escuchado, el mole verde. ¿Qué era realmente? lo supe después de comerla: el mole verde es una salsa típica mexicana compuesta por chile verde y otros ingredientes que le pueden dar ese color.

Mi consejo es que acompañen sus comidas con un refrescante jugo de flor de Jamaica, horchata o tamarindo, y en la noche uno que otro golpeado de tequila.

Espero que al leer esto les haya dado tanta hambre como a mí me dio al escribirlo.

Jugo de horchata

Jugo de horchata

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