Irse a viajar por mas de un año sin nunca haber mochileado antes. ¡Cualquiera lo puede hacer!
Me atreví a bajar en bici por el camino más peligroso del mundo, con sólo 3 metros en algunos lugares y pendientes pronunciadas.
Hay ciudades que no te encantan a primera vista, pero con Boston fue enseguida. Es, definitivamente, el tipo de ciudad en la que podría vivir.
Aunque no soy muy amiga del alcohol, en Oviedo probé la sidra y no pude dejarla en toda mi estadía. Por Camila Figueroa.
Hace algo más de un año atrás, viendo el programa «Paraísos Vírgenes» playas paradisíacas aparecieron en la pantalla: las islas Maldivas.
India. La inabordable que se entrega y evade, que vela y desvela, que no deja indiferente, que representa un viaje hacia un lugar bastante confuso: tu interior.
Hace casi 20 años viví en Brasil, así que nunca lo consideré para mis vacaciones. Eso hasta que Ilhabela se cruzó en mi camino.
Nuestra estadía en Venecia coincidió con la Bienal de Arquitectura 2014. El intento por ir fue fallido, pero no en vano. Por Rosario Infante.
La cultura neozelandesa parece demasiado perfecta para los que estamos al otro lado del Pacífico, pero no es lejana a la realidad.
Aquí van mis mejores momentos en Nueva York, a donde volvería todos los años para seguir descubriéndola.
La oferta de andar a camello en se puso mucho más interesante cuando nos ofrecieron dormir a la intemperie en pleno desierto.
Nada me había preparado para lo que vi en la Puerta de Brandeburgo. Desde ahí puedo considerarme una sobreviviente del año nuevo en Berlín.