París siempre me recordó a Buenos Aires, a Madrid, a que cada vez que vienes lo descubres con otra piel, con otras historias salpicadas por el amor o el desamor.
Me fui con una grata sensación de pena y alegría de esta ciudad que me recibió con una mala impresión, pero que me cautivó.
Después de la Primavera Árabe, el turismo se disipó de Egipto y descubrí sus tesoros de una manera que jamás habría imaginado.
¿Quién dijo que no valía la pena visitar Singapur? A pesar de que no estaba en mi itinerario, terminé quedándome una semana entera, y me faltaron muchas cosas por ver y hacer.
Luego de estresantes preparativos y mucho trabajo para nuestro matrimonio, lo único que queríamos era echarnos de guata al sol y disfrutar de nuestra luna de miel.
Ir a Nueva York es perder un avión porque quizás no te querías ir. Es un regreso a la vida, al tiempo vestido de tiempo.
Con varios artistas en mi cabeza, viajé a Francia para descubrir la cuna del impresionismo y la fuente de inspiración de famosos cuadros.
Porque Sevilla tiene lo mejor del mundo español y del mundo árabe. Porque Sevilla es simpática, alegre y bohemia. Porque Sevilla solo puede ser uno de mis lugares en el mundo.