No recuerdo la primera vez que escuché la palabra ‘viaje’, pero mi papá me inculcó el amor por recorrer el mundo.
Las casualidades nos llevaron a conocer a una familia que hizo de mi tercera pasada por la W una experiencia inolvidable.
Había escuchado muchas veces sobre estas ciudades, pero nunca imaginé los asombrosos lugares que se escondían por allí.
Mientras todos estaban de guata al sol en Chile, yo me fui a Europa del Este, donde viví una de las peores olas de frío de su historia.
Con un tremendo carrete despedimos lo viejo, dando paso a lo nuevo en mi primer Año Nuevo sin mi familia y fuera del país.
Aunque quedan muchos checks por hacer en mi bucket list, por ahora me quedo con la felicidad de haber vivido esta experiencia.
Siempre me preguntan por qué repito los lugares para viajar si existen tantas opciones. Pero para mí San Pedro es un lugar mágico.
La tercera vez que fui a Nueva York lo hice sola. Por más críticas que recibí, creo que tomé la mejor decisión. Conocí personas increíbles y me sumergí en nuevas culturas.
Justo en la entrada a Pipa hay un cartel con un mensaje que, después de un par de días, te das cuenta de cuánta razón tiene: “Vuelva siempre, el paraíso es aquí». Por Francisca Jaeger.
Siempre soñé con conocer la selva, influenciada por los monos animados y los zoológicos.