Lo reconozco: tengo alma golosa. Y, aunque fui sin expectativas, en Bélgica me di cuenta del paraíso gastronómico en el que estaba.
Más allá de los carnavales de Río y Venecia, el mundo ofrece festivales que no son tan conocidos, pero vale la pena vivir.
Con un tremendo carrete despedimos lo viejo, dando paso a lo nuevo en mi primer Año Nuevo sin mi familia y fuera del país.
¿Cómo no pasar el Año Nuevo en Byron Bay, en un festival con bandas y DJ´s tocando en vivo, rodeados de personas cargadas de buenas vibras?
Una pequeña lista de ciudades increíbles que enamoran en días de rutina, en las que me gustaría pasar el próximo Año Nuevo.
Quería comprobar si esa ciudad nevada, iluminada y mágica que nos mostraron cuando niños en las películas, realmente era así en Navidad.
Hace tiempo tengo ganas de pasar el Día de los Muertos en México, así que me propuse concretar este sueño prontamente.
Dicen que la gente se pone extraña con la luna llena. Sobre todo si le sumamos baldes de alcohol, fuego y mochileros on fire.
Aunque no soy muy amiga del alcohol, en Oviedo probé la sidra y no pude dejarla en toda mi estadía. Por Camila Figueroa.
Nada me había preparado para lo que vi en la Puerta de Brandeburgo. Desde ahí puedo considerarme una sobreviviente del año nuevo en Berlín.
Cuando existe una pasión compartida con la familia, viajar tras la buena música se vuelve una experiencia inolvidable. Lo sé porque lo he vivido.
Descansando en Pokhara tras una dura caminata por el Annapurna, nos invitaron a vivir la que hoy es una de las experiencias más inolvidables de nuestro viaje.