Vivir La Habana desde dentro
Mi mamá y yo viajamos a La Habana desde Santiago; mi tía y prima desde Nueva York. Las cuatro decidimos arrendar un departamento a través de Airbnb y disfrutar en medio de la realidad cubana. Una realidad que no esperaba, totalmente impactante e inspiradora. Este es mi relato de los últimos vestigios de una ciudad comunista.
“Bienvenidos a La Habana, Cuba” fue lo primero que escuché cuando aterricé en ese mágico país, con ese tono caribeño que demuestra la alegría de vivir, bailar y sentir la música.
Arrendamos un departamento en La Habana Vieja, a un par de cuadras de lo turístico, pero en medio de la realidad cubana, donde no se duerme porque todos están de rumba las 24 horas. La ciudad está llena de antiguos y coloridos edificios coloniales, que por culpa de diferentes cláusulas políticas han quedado en el olvido. Sólo han reconstruido las fachadas del par de cuadras visitadas por los europeos, pero el pueblo vive en edificios a medio abandonar, con murales pintados a pulso que demuestran el alto nivel artístico del país y ropa colgada entre las paredes caídas. Es una especie de Cartagena de Indias, pero sin la explotación turística y con su esencia latina y caótica intacta.
Nos dimos cuenta de que, a pesar de que quisimos arrendar un departamento para tener nuestro propio espacio, los cubanos no dejan que eso pase. La vida para ellos es en comunidad, así que todos los días la dueña del piso y sus amigas inventaban excusas para ir a visitarnos. Al par de días ya éramos parte del barrio y todos trataban de ayudarnos sin esperar nada a cambio.
Recorriendo La Habana
En el Parque Central, donde se encuentran los hoteles más lujosos de la ciudad, todo parece un perfecto set de televisión de los años 80, con coloridos autos antiguos y convertibles entre medio de palmeras que recuerdan a Miami en sus años mozos. Todo en perfecto estado y hecho para los turistas. Sin embargo, si arriendas un auto y sales a la carretera, te encuentras con carteles enormes que hablan de la revolución, del bloqueo estadounidense catalogado por los cubanos como “el peor genocidio de la historia”, y fotos de Chávez y Fidel en las que se lee la frase “nuestro mejor amigo”.
Cuba es un país de contrastes, único, auténtico. Con una seguridad que solo la educación gratuita y de calidad podría entregar. Donde cada habitante es culto, con talentos indescriptibles y con un fuerte sentido de comunidad entregado tras la revolución. Cuba es un país generoso, atento, en el cual crecieron ayudándose unos a otros. Por eso, la vida es en las calles, donde te enamoras de su street art, su música al aire libre, sus interminables conversaciones sin final y su digna visión simple de la vida. Un país que respira cultura y que enaltece a los comunistas del mundo, a través de monumentos en cada cuadra, pero en el que se vive la paulatina transición. Un país locamente inspirador, donde los niños tienen el derecho a estudiar y los jóvenes a divertirse… pero el deber es nuestro. El deber de conocer la verdadera Cuba antes de que abra completamente sus puertas al mundo.