Perdidas en tierra musulmana


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Kuala Lumpur es la mezcla perfecta entre lo asiático y lo occidental. Y ahí estábamos nosotras, dos chilenas perdidas en la capital de Malasia con la decisión de ser musulmanas por un día.

 

Camila frente al edificio Sultán Abdul

Con el edificio Sultán Abdul de fondo

Siempre he creído que la mejor manera de conocer una ciudad es perdiéndose en ella. Esta vez era el turno de Kuala Lumpur, la capital de Malasia, que combina la religión musulmana con el mundo occidental, debido a que fue colonia inglesa hasta finales de los años 50.

Ahí estábamos la Javi y yo, dos veinteañeras recorriendo el Sudeste Asiático durante tres meses y, aunque las ciudades modernas no eran nuestro destino favorito, quisimos darle una oportunidad.

Sin datos ni direcciones llegamos hasta el edifico Sultán Abdul donde se encuentra el Ministerio de Comunicaciones y Cultura, frente a la plaza Merdeka.  El edificio va cambiando de color cada tres segundos, mientras que en la plaza grupos de jóvenes se reúnen a conversar. Como si fuese una música de fondo, los rezos de las mezquitas cercanas se escuchan por los parlantes y hacen que el ambiente llegue a emocionar.  Realmente nos sentimos en otro planeta.

Camila y Javiera vestidas con túnicas moradas

Vestidas como musulmanas en la Mezquita Nacional de Malasia

Musulmanas por un día

En nuestro recorrido nos encontramos con la Mezquita Nacional de Malasia, una estructura que tiene capacidad para 15 mil personas y que destaca por su arquitectura y jardines. Para entrar debíamos ponernos unas túnicas moradas que sólo dejaban ver nuestro rostro. No podíamos creer que la gran mayoría del país usara ese tipo de ropa con más de 35° C de calor.

Y aunque todo es muy turístico, sentimos en carne propia –y por un par de horas–  lo que era ser musulmana: el calor insoportable, el respeto que se le debe a los hombres, los límites que se imponen en la entrada a cada espacio y el fanatismo a la religión; más del 60% de los habitantes de Malasia son musulmanes.

Camila con las Petronas Twins Towers de fondo

De fondo, las Petronas

Las Torres Petronas

Quizás lo que más me llamó la atención de Kuala Lumpur es esa mezcla entre lo tradicional y lo moderno. Esa lucha entre la cultura asiática y la occidental. Y entre medio de todos esos edificios con arquitectura islámica se encontraban las Petronas Twin Towers, dos edificios enormes que fueron los más altos del mundo hasta 2003 y que hoy se sitúan en el puesto número nueve.

No soy amante de los edificios, pero algo en esa ciudad me atrapó. Fue tanta la fascinación por Kuala Lumpur que decidimos volver a perdernos, pero esta vez de noche. Las Petronas, brillantes, se veían desde cualquier punto de la ciudad. Un panorama imperdible tanto de día como de noche.

Adiós Kuala Lumpur

Y como aún nos quedaba mucho por recorrer, nos tomamos un bus rumbo a las islas Perhentain. Entramos con mi amiga uniformadas con vestidos cortos (mochileras pero siempre dignas) a tierra musulmana, con el resto de las mujeres del bus tapadas a más no poder. Nos sentamos en el último asiento para pasar lo más inadvertidas posible. Me levanté para acomodar mi bolso y miré hacia el asiento del frente. Ahí estaba una musulmana, tapada como todas las demás jugando en su celular. Me quedé observando porque soy curiosa, y cuando la mujer volvió a su pantalla de inicio, no podía creerlo: la musulmana tenía al conejito playboy de fondo de pantalla. Ahí fue cuando pensé: maldita globalización.

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