Grand Fiesta Chapultepec: un palacio en la mitad de Ciudad de México
Llegó uno de los días más esperados en mi vida viajera: me quedé en mi propio palacio con una vista de reyes. Por Constanza Fueyo.
Hace ya unas semanas volví de un espontáneo pero anhelado viaje a México. No solo vería a una de mis mejores amigas después de 7 años gracias a una ganga de pasaje, sino que también me quedaría en el que me dijeron, era el hotel con la mejor vista de Ciudad de México. Y era cierto. El Grand Fiesta Chapultepec abrió sus puertas el 2001 y desde entonces es favorito de viajeros patiperros y personas de negocios. Está al lado del museo Tamayo, de Antropología, del zoológico y barcitos listos para ahogarte en tequila.
«Su habitación está en el piso 15 y en el piso 16 puede encontrar buffet y drinks a toda hora», me dijeron en la recepción. Rebosante de felicidad subí a mi pieza.
Últimamente los viajes que he hecho han sido aperrados, quedándome donde se pueda, estirando el presupuesto y con el tonto menú de atún con tallarines. Pero este era un regalo de mí para mí.
Apenas abrimos la puerta entramos a nuestro pequeño palacio, en el que sonaban pajaritos de fondo (literalmente); y entonces el Bosque de Chapultepec y yo nos encontramos por primera vez. 678 hectáreas de majestuosos y milenarios arboles estaban a mis pies. Jamás me había sobrecogido tanto la vista de una pieza de hotel. Estar ahí, en medio de tanta magia verde, un real pulmón para México y el mundo. Me sentí tan pequeña y tan afortunada a la vez.
Un gran detalle: este hotel premia a sus pasajeros con un evento que se llama «Viaja», y les regala cupones para canjear por más estadías, aventuras, experiencias y más.
Súbanle el volumen a las rancheras, apréndanse el «si no me acuerdo no pasó» de Thalia y háganse un favor viajando al maravilloso México, aunque sea en una escala. No todo es playa, y la fantástica CDMX no tiene nada que envidiarle a los resorts en la costa, gracias a sus innumerables galerías de arte, restaurantes callejeros, shopping, trekking e historia sin igual.