Hacer un curso de cocina en Italia


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Ciao Signorina! Come va? Tutto a posto? Cosa ti piacerebbe mangiare oggi? Forse pasta, pizza o un bell pezzo di carne e risotto ai funghi? (¡Hola señorita! ¿Cómo está? ¿Todo bien? ¿Qué le gustaría comer hoy? ¿Tal vez la pasta, pizza o un buen pedazo de carne y risotto de champiñones?).

 

Vengo de una familia en la que el gusto por la buena comida se comparte transversalmente. En ella, todos tenemos nuestras recetas típicas y, personalmente, toda mi vida he sido una aficionada a la cocina; una foodie.

Por mi lado alemán, mi Omama y mi mamá tienen una mano inigualable para el Rothkohl (repollo morado), el Gulash, los Klöse (albóndigas de papa) y la deliciosa Frankfurterkrantz (torta de Frankfurt). Mientras que en el lado paterno conviven las culturas española y árabe, lo que hace que la variedad de comida sea soñada. Las mejores paellas y tortillas de papas compiten con las hojitas de parra y los kubbe, valiosos legados de mi abuela.

Espagueti con salsa pomodoro

Salsa de pomodoro della mia mamma

Con esta fascinación siempre a flor de piel, se me presentó la oportunidad de hacer un intercambio universitario a Milán. ¡Imaginen cómo gocé al descubrir la pasión que los italianos le ponen a la cocina! Siempre ha sido uno de mis sueños viajeros.

Allá tuve la suerte de compartir departamento con dos italianas y una chilena, y entre todas compartíamos esta pasión y disfrutábamos las reuniones en torno a un rico plato, convirtiendo la hora de la comida en nuestro “momento familiar”.

Así conocí la verdadera cocina italiana, esa que incluye siempre un primer plato de pasta, y que continúa con algo “liviano”, como carne con papas horneadas al romero.  También conocí las tradiciones y el valor de la receta familiar como la famosa salsa di pomodoro della mia mamma para el espagueti.

Para mí, la gastronomía italiana no se caracteriza por ser compleja o delicada. Es, más bien, una cocina donde todos se involucran, desde los más pequeños a los más experimentados, pero siempre respetando los secretos familiares, principalmente traspasados por la Nonna. Este espíritu es el que me invita a conocer más profundamente la vida en una cocina italiana, del cual resultan platos extraordinariamente deliciosos.

Mercado de la Piazza San Domenico

Mercado de la Piazza San Domenico, en Palermo

Otra de las maravillas del mundo culinario italiano son los ingredientes con los que cocinan, que vienen de los mercados más lindos que he visto. Estos se desarrollan en angostas callecitas, con hileras de negocios que incluyen fiambrerías, verdulerías y panaderías.

La combinación de todas estas cosas hace que Italia esté, sin duda, en el primer puesto cuando se trata de ir a vivir una experiencia culinaria completa. Desde que volví de intercambio, quedó como un sueño viajero por cumplir el volver a este fascinante país a realizar un curso de cocina italiana. La gracia está en aprender, conocer, saborear y, sobre todo, disfrutar.

Lugar:

Italia

Intereses:

Gastronomía

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