Arabia Saudita, ¿vamos?
Los amigos árabes que he hecho en el último tiempo me provocaron ganas de conocer Arabia Saudita. Sin embargo, por lo que he averiguado, no es tan fácil entrar al país así como así.
En los últimos tres meses he conocido más árabes que nunca antes es mi vida, y un 90% de ellos es de Arabia Saudita. Por si a alguien le cabe duda, son personas comunes y corrientes, no andan con turbantes ni protestando en las calles ni tampoco tratan de convertirte al Islam cada vez que pueden.
Si bien creen en un dios diferente y sus costumbres son distintas –como comer todos del mismo plato gigante, con las manos y sentados en el suelo sobre papeles de diario, seguir Ramadán una vez al año y rezar cinco veces al día–, fuera de eso no hay gran diferencia. Ah bueno, aquí sólo hay hombres y a las mujeres las he conocido por Skype y son las esposas de mis amigos. En fin.
Los árabes, especialmente los sauditas, son muy patriotas y juran de guata que sus países son los mejores de la tierra. Cuando les pregunto por qué Saudí, como ellos le dicen, es tan increíble me dan un sinfín de razones, entre ellas la comida, lo barato que es vivir allá, las carreras de autos, la posibilidad de hacerse millonario antes de los 30, manejar sin rumbo por el desierto durante horas y la libertad total que sienten para hacer y deshacer lo que quieran. Pero, ¿y para mí que soy mujer?
Según he averiguado, y por lo que me han contado, puedo vivir sin problema en los compounds, áreas cerradas para occidentales y visitantes en donde puedes tomar alcohol, usar faldas, bikinis y caminar libremente con quien quieras, nada que ver con cómo tienes que vestirte al salir a la calle.
La abaya es la vestimenta oficial para las mujeres y en la mayoría de los casos va acompañada de una hijab para cubrir el pelo. En realidad para Arabia Saudita no hay opción, es sí o sí, además de tapar la cara si es que se está fuera de la casa o cerca de hombres que no sean familiares. Un dato, que para mí es ultra freak, es que si te casas (previo a lo cual debes convertirte al Islam) ni siquiera tus cuñados pueden ver tu cara si es que son mayores de 15 años. Solo el papá de tu marido y las mujeres del clan.
Hace tiempo que tengo ganas de conocer el Medio Oriente, especialmente Dubai, pero mis amigos insisten en que vaya a su país. Hoy en día esto no es posible porque las políticas de inmigración son muy estrictas, especialmente para nosotras. La única posibilidad de entrar es estar casada con un saudí –musulmán lógicamente– y postular a un permiso, o por trabajo, por ejemplo, diplomático. Hay casos especiales en que puedes entrar como parte de un grupo en alguna misión o voluntariado, como parte de un curso de fotografía o turismo, pero son muy escasos.
De todas maneras, al llegar tienes que estar siempre acompañada por un hombre que sea familiar o autorizado, únicamente para acompañarte en el auto (que no puedes manejar ni abordar sola), llevarte al supermercado o a comprar algo que necesites.
Mientras fumábamos shisha, tomábamos té verde y jugábamos cartas, me contaron que el Rey Salman está considerando abrir las barreras y facilitar la entrada a turistas, hombres y mujeres.
Seguramente, igual que yo, ustedes han escuchado historias terroríficas sobre este país o se imaginan que son un montón de locos con armas sueltos por la calle. Por mi experiencia dudo que sea así y creo que no se puede juzgar a un país completo por un grupo aislado de personas o por lo que vemos en la televisión. Si es que voy a Arabia Saudita iré preparada para un shock cultural, para asumir sus reglas y seguir sus códigos de vestimenta, pero, ¿no es esa la idea de viajar? ¿el sumergirse completamente y vivir como uno más aunque sea por unos días?
El reino de Arabia está aún a años luz de occidentalizarse, y poder viajar y recorrerlo tampoco va a suceder de un día para otro pero cuando esto pase, ¿irían?