Esta fue una de esas ciudades que me cambió la vida y me desarmó el rompecabezas. Allí perdí piezas viejas, pero gané muchas nuevas.
La tierra de las libertades; piensa como quieras, haz lo que se te antoje. No molestes a nadie y nadie te molestará a ti. Es simple: vive y deja vivir.
Con Sinterklaas, Santa Claus, Papá Noel o el Viejito Pascuero, cada país celebra la Navidad según sus propias tradiciones.
Holanda logró dejarme loca. No me arrepiento de nada de lo que hice y me quedé con cuatro buenos motivos para volver.
Aunque no estaba en mis planes, me las ingenié para pasar 48 horas en Ámsterdam, las favoritas de todo mi viaje europeo.
Hay momentos en que los planetas se alinean, los astros se ponen de acuerdo y las cosas ocurren. Y eso me pasó en Holanda.