Buscar el paraíso que teníamos en mente no fue fácil. Pasamos por dos lugares y lidiamos con varios animales para encontrarlo. Pero finalmente llegamos.
Un día conocí a un argentino que estaba recorriendo América en una combi. A él le agradezco este nuevo sueño viajero.
Luego de estresantes preparativos y mucho trabajo para nuestro matrimonio, lo único que queríamos era echarnos de guata al sol y disfrutar de nuestra luna de miel.
En varios países es muy fácil toparse con puestos que ofrecen anticuchos de escorpión o tarántulas fritas. ¡Junta hambre!