Aruba más allá de playas paradisiacas

Sí, Aruba es centros comerciales, hoteles cinco estrellas y mar turquesa, pero junto a mi pololo quisimos descubrir qué más tenía la famosa happy island. Arrendamos una camioneta 4×4 y conocimos este rincón caribeño más allá de los paisajes plasmados en sus publicidades turísticas. Este fue el recorrido alternativo por una de las islas más demandadas del Caribe. 

 

Hace dos meses mi pololo me estaba organizando un regalo sorpresa para mi cumpleaños, y por fin el día había llegado. Fui a su departamento y me dijo que pasara directo a su pieza. Ahí, sobre su cama, había un montón de globos alrededor de su computador. “Ponle play”, me dijo.

Durante semanas había tratado de adivinar qué podía ser. Me había dado un par de pistas, pero lo que se me pasaba por la mente era demasiado perfecto para ser real. El video comenzó a mostrar un recuento fotográfico/audiovisual de todos nuestros viajes en estos idílicos seis meses.

– ¿Quieres conocer tu sorpresa? –fue la pregunta que apareció al final del video. Pasaron cinco segundos de suspenso y una música de fondo me dio la respuesta: “Aruba, Jamaica, ooh I wanna take you”. Las imágenes de Aruba pasaban por mis ojos sin poder creerlo. –Haz tu mochila, porque nos vamos en un par de horas más y durante una semana– me dijo mientras yo lloraba de emoción.

Bandera Faro en Aruba

Con mi bandera Faro

Llegamos a la isla feliz

Mar turquesa, arena blanca y árboles ladeados por el viento. Ese pequeño pedazo de tierra de 193 km2 es una isla para ricos. Toda la costa turística está repleta de mansiones con vista al mar y autos lujosos. Una gran parte de ellas son propiedades de estadounidenses retirados o que simplemente decidieron hacer de Aruba su segundo hogar.

La isla es una de las favoritas para realizar matrimonios, lunas de miel y paseos familiares. En Palm Beach se encuentran lujosos hoteles cinco estrellas, ostentosos bulevares con reconocidas tiendas de marca y elegantes restaurantes. El Caribe en su máximo esplendor. Pero nosotros, dos mochileros aventureros en un lugar donde la gente va con maleta de rueditas, queríamos saber qué más había fuera de playas paradisíacas y centros comerciales; por lo que decidimos arrendar una camioneta.

Palm Beach, Aruba

Palm Beach

El lado B de Aruba

Nuestra idea era recorrer toda la costa de Aruba y visitar cada atracción que nos recomendaba Maps.me, nuestra fiel aplicación indispensable para viajes que no requiere conexión a internet. A poco andar nos encontramos con un camino bordeado por crucifijos blancos que daban a la capilla Alto Vista, un templo que fue construido en 1750, donde se cree comenzó la historia religiosa de Aruba. Un monumento que tiene vista privilegiada al océano, rodeado de cactus y vegetación desértica.

Siguiendo nuestro recorrido llegamos a las ruinas de Bushiribana, un antiguo horno de fundición de oro construido en piedra natural en 1825, y que durante 90 años produjo tres millones de libras de oro. Hoy, miles de excursionistas colocan montones de piedras apiladas a su alrededor, creyendo en un antiguo mito que promete hacerte regresar a la isla.

Ruinas Bushiribana, Aruba

Ruinas Bushiribana

Eso no fue todo. Nos encontramos con piscinas naturales, parques nacionales, mesetas de piedras sobre el mar y más playas paradisíacas alejadas del centro turístico. De hecho, Baby beach, una de las playas más apartadas, fue por lejos mi favorita.

Quienes van a Aruba creen que el país se limita a hoteles cinco estrellas, pero lo mejor que se puede hacer es descubrir este paraíso más allá de sus típicas imágenes publicitarias.

Baby Beach, Aruba

Baby Beach

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