Viajes felinos
Investigando me di cuenta de que mi amor por los gatos se combina a la perfección con mi pasión por los viajes. Estos son los tres lugares que sueño conocer.
El 20 de febrero recién pasado se conmemoró el Día Internacional del Gato en honor al fallecimiento de Socks, el gato de la Casa Blanca. En tan especial ocasión, además de pasar todo el día regaloneando y ronroneando con mis gatas Gala y Clementina, pensé que un buen motivo para viajar es, ¿por qué no? ir a conocer felinos alrededor del mundo.
Sé que puedo sonar como la “vieja loca de los gatos”, pero todavía no soy vieja ni me considero loca, pero sí completamente cat lover. Con mi familia tenemos ocho gatos rescatados de la calle, del basurero y de la muerte; algunos viven cual Aristogatos en París, con mis papás, y otros acá, en Santiago. El compromiso que hicimos con ellos al adoptarlos fue que los cuidaríamos y adoraríamos hasta su último día, y así es como el mayor ya tiene 15 años con nosotros.
Sin embargo, tener muchos cuadrúpedos peludos solo hace que quiera conocer a más. Es por eso que hice mi lista de los tres viajes felinos que sueño realizar algún día:
1. Tashirojima o la isla de los Gatos, Japón
Es una pequeña isla en Japón con 100 habitantes aproximadamente y miles de gatos. ¡El cielo en la Tierra! En general, los nipones consideran a estos animales portadores de fortuna y buena suerte, por lo que los alimentan y cuidan. Su fascinación y devoción hacia los felinos es casi una religión, pues prácticamente son considerados dioses, a los cuales les rinden culto en un santuario especialmente construido para ellos. Y aunque también me gustan los perros, a esta isla no está permitido su ingreso.
2. Le Café des Chats en París, Francia
Aunque ya no recuerdo cuántas veces he ido a París, siempre es bueno dejar cosas pendientes y así tener motivos para regresar. El mayor es conocer este emblemático café donde, además de poder instalarte a tomar una taza de café, podrás jugar con los anfitriones felinos. Esta idea fue un éxito en Japón, donde ya cuentan con más de 150 lugares de este tipo, y también fue imitada en La Gatoteca de Madrid y acá en Santiago, en el hermoso café Rendé Bu.
3. Casa de Ernest Hemingway en Key West, Florida, Estados Unidos
Aunque son muchos los escritores que dedicaron su pluma y pensamiento a los gatos, Hemingway les ofreció parte de su vida. “Los gatos tienen una absoluta honestidad emocional; los seres humanos, por una razón u otra, pueden ocultar sus sentimientos, pero el gato, no”, escribió este controvertido autor. En su casa en la isla de Key West, actualmente convertida en museo, se pueden ver sus espacios, con su escritorio, sus jardines y también el cementerio donde enterraba a sus gatos con sus respectivas lápidas. Actualmente hay más de 50 gatos en la casa y todos tienen una cosa en común: polidactilia, una extraña mutación que los hace tener seis dedos en sus patas delanteras. ¡Hermosos!