Viajar, viajar, viajar y… viajar


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¿Cómo hacer para saciar esa sed de viaje que tenemos los viajeros empedernidos, esos que llevamos en el ADN las ganas interminables de recorrer el mundo y perdernos en los rincones más recónditos del planeta? Aquí una guía/testimonio de una viajera eterna.

 

Si estás leyendo este artículo en Faro es porque ya te picó el bichito viajero. Si es que aún no lo sabes, la enfermedad que transmite este bicho no tiene cura, es una condición crónica que, por más que lo intentes, te va a acompañar toda la vida. Y, aunque a veces tengas periodos de calma y normalidad, cada cierto tiempo vendrá la crisis y de ti dependerá cómo afrontarla. Cada vez somos más los que padecemos de esta condición… ¡afortunadamente!

Greenbowl beach, Bali, Indonesia

Greenbowl beach, Bali

Después de haber dedicado gran parte de mi vida a viajar (y lo sigo haciendo), la gente siempre tiene preguntas de todo tipo para hacerme. Algunos preguntan sólo de curiosos y otros porque necesitan una inspiración, un pequeño empujoncito para atreverse a llevar a cabo una idea a la que seguramente llevan mucho tiempo dándole vueltas: viajar. Pero no irse 15 días a un resort en el Caribe; aquí hablamos de hacer el viaje de tu vida, un viaje largo y libre que tiene como base un bucket list de sueños que, de sólo pensar en realizarlos, te emocionan.

Acá va el pequeño testimonio de una que se atrevió, emprendió el vuelo y ahora no puede parar más. ¿De dónde salió la idea de viajar? ¿Cómo decidiste dejarlo todo y partir? ¿Qué se necesita para viajar un tiempo largo? Son algunas de las preguntas que hacen aquellos que aún están indecisos y no saben por dónde empezar. Vamos por parte.

El gen viajero

Puedes darte cuenta de que eres poseedor del gen si eres de esos que nunca se recuperó fácilmente de las clásicas vacaciones de verano o de esas tres semanas en algún destino dentro o fuera de Chile, con la familia o amigos. Volver a la rutina después de las vacaciones no es agradable para nadie, pero hay quienes no pueden dejar de pensar en los lugares y personas que conocieron y, apenas vuelven de un viaje, ya empiezan a planificar cuál será el próximo destino a visitar y cuándo podrán escaparse nuevamente. Es gente que, básicamente, se levanta cada día con un objetivo claro: hacer lo que sea para juntar plata y volver a viajar.

Nacpan Beach, Palawan, Filipinas

Nacpan Beach, Palawan

Pasé por eso toda la vida hasta que decidí ser tripulante de cabina. Sonaba como el plan perfecto: viajar y trabajar a la vez o “traviajar” como algunos le llaman. Estar lejos, pero a la vez siempre volver a casa con los tuyos y además ganar plata por eso. Suena bien y efectivamente es una muy buena opción, que al menos yo disfruté durante seis años. Puse varios checks en la lista de los sueños que cumplí trabajando como azafata, aunque ésta no era tan difícil de conseguir: Isla de Pascua, Machu Picchu y Torres del Paine, lugares a los que, si no fui trabajando, pude ir gracias a los famosos pasajes gratis para los empleados de aerolíneas.

La pregunta obvia ahora es por qué lo dejé… bueno, pues para mí no era suficiente. Cada vez que llegaba a un destino quería instalarme y conocer más, poder quedarme más días e involucrarme con la cultura local, probar las comidas, conversar con la gente, entrar a una cafetería y que, junto con saludarme, ya supieran que quería un capuchino sin azúcar. Pero tenía que ponerme mi uniforme, maquillarme, peinarme y partir.

Koh Rong Sanloem, Cambodia

Koh Rong Sanloem, Cambodia

La difícil decisión

No fue hasta que cumplí 29 años y me percaté de que la visa Working Holiday para Australia era hasta los 30, que empecé a pensar en serio en el asunto. Y así fue como pasó. Ese país daba vueltas en mi cabeza desde que estaba en el colegio: un lugar donde todo funciona, donde hay playas lindas al por mayor y se vive la apasionante cultura del surf, en donde la gente disfruta los espacios y es muy amistosa, y donde además tienes la posibilidad de encontrar fácilmente un trabajo casual, practicar inglés y juntar plata para después hacer el famoso y alucinante recorrido por el Sudeste Asiático.

El mismo día de mi cumpleaños le dije a mi familia y amigos que me iba, empecé a hacer los trámites para la visa, renuncié a mi trabajo y a los tres meses ya estaba en Sydney. ¡Se pensó y se hizo! Estuve un año en Australia, seis meses en Asia y, antes de volver a Chile, pasé por Dubai y España. Me di cuenta de que no puede haber perspectiva sin distancia y estando lejos pude ver cosas que de otra forma nunca hubiese llegado a conocer. Y ahora, después de pasar tres meses en casa, estoy de vuelta en Sydney con la visa de estudiante, sin un plan ni un plazo definido. Sólo sé que invertir en viajar es invertir en vivir y yo quiero vivir a concho.

Bhaktapur, Nepal

Bhaktapur, Nepal

El que quiere puede

Hay mil formas de hacer un viaje largo. Temporadas de invierno en Estados Unidos, visas de W&H en Canadá, Alemania, Nueva Zelanda y Australia, visas de estudiante, etcétera. Sólo hay que decidir a dónde tenemos más ganas de ir, qué tipo de viaje queremos hacer, con quién queremos ir y cuáles son nuestras posibilidades según la edad y la plata que tengamos.

Una vez decidido eso viene la etapa de buscar algún conocido que lo haya hecho o meterse a Google a exprimir los blogs de viaje para sacar ideas. Luego viene la etapa aburrida, hacer los trámites necesarios para obtener la visa; pero al final son tantas las ansias de viajar que ni eso nos parece tan aburrido. Y después sólo queda comprar el pasaje y partir a disfrutar de un mundo nuevo que nos espera, lleno de aventuras, lugares increíbles, gente maravillosa y experiencias que van a marcarnos en lo más profundo y van a formar parte del mejor viaje de nuestra vida.

Lo siguiente es prepararte para ser el o la abanderado(a) que se atrevió y está cumpliendo sus sueños, ya sea por algunos meses, algunos años o quizás para siempre. Todos estarán atentos a tus pasos y querrán saber todo sobre tu vida como viajero, ese que armó su mochila con lo básico, se despidió de los suyos y partió para un día volver y contar lo vivido.

Ubud, Bali, Indonesia

Ubud, Bali

Intereses:

Low Cost

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