Un sueño viajero oculto en la república de la bachata


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Hace tiempo tenía ganas de ir más allá de los clásicos de República Dominicana. Ya había visitado las playas más conocidas, hasta que escuché hablar de Altos de Chavón, un verdadero tesoro para los amantes de la historia, el arte y la cultura.  Por Francisca Jorquera.

El sol brillaba, el viento movía suavemente las hojas de las palmeras y las mujeres tambaleaban sus caderas al pie de la letra de la bachata. «Un, dos, tres… one, two, three… eins, zwei, drei» cantaban ellas tratando de enseñarle, sin mucho éxito, el baile a un grupo de gringos.

Mientras tanto, yo sólo disfrutaba de una de las playas más lindas del mundo. Pero República Dominicana ofrece más que eso. En el sudeste del país, Altos de Chavón es un verdadero tesoro para los amantes de la historia, el arte y la cultura, y yo lo tenía hace tiempo como un sueño viajero por cumplir.

Anfiteatro Altos del Chavon, República Dominicana

Anfiteatro de Altos del Chavon

Soy una mujer inquieta. Después de visitar diferentes playas de República Dominicana, los pies y la mente me exigieron recorrer los alrededores y descubrir nuevos lugares.

Había oído hablar sobre La Romana, una ciudad riquísima ubicada a sólo una hora y media al oeste de la famosa playa de Punta Cana, que prometía un paisaje imperdible y que en su corazón guardaba una pintoresca villa llamada Altos de Chavón.

Tomé un bus y partí

No pegué un ojo en todo el camino, pues la ruta era realmente maravillosa. Eran kilómetros de campos cubiertos de flora tropical e iluminados por un penetrante sol que dejaba en evidencia el contraste del verde de su vegetación y el azul intenso del cielo dominicano.

De a poco fueron apareciendo en el camino elegantes haciendas, como esas que uno puede ver en las telenovelas latinas, con grandes mansiones. Contaba Omar, el conductor del bus, que algunas de ellas pertenecen a ricos veraneantes, mientras que otras son utilizadas como centros turísticos compuestos por campos de golf, canchas de polo e innumerables piscinas. «Esta es la vida de ricos y famosos mami», dijo Omar con ese patudo pero simpático tono.

Y hasta que llegamos a Altos de Chavón

No les miento, fue como teletransportarse a Sicilia en Italia. Y es que la villa fue construida como una ciudad europea mediterránea del siglo XVI y fue justamente un arquitecto italiano quien estuvo a cargo de su diseño hecho completamente en piedra  y adoquines.

Altos del Chavon

Altos del Chavon en República Dominicana

Paseé un buen rato por esta ciudad enclavada en la cima de una frondosa meseta y descubrí que el lugar era sede de una fundación cultural sin fines de lucro que le ha dado espacio a la historia, el arte y el diseño.

Tan sólo caminar por las pintorescas calles ya me hacía un panorama, cuando de repente me topé con un interesante museo que contaba la historia de la llegada de los colonos españoles a América.

Saliendo de allí me encontré con una especie de boulevard compuesto por diferentes tiendas de emblemáticos diseñadores, galerías de arte, talleres de artesanía y cafeterías. Una de ellas contaba con una impagable vista al río Chavón, donde me quedé por algunas horas, impávida con el paisaje. De fondo sonaba música caribeña en vivo.

Como broche de oro y última parada dejé la visita al símbolo de la villa: un imponente anfiteatro romano inaugurado en 1982 por Frank Sinatra, que ha sido escenario de grandes conciertos.

Para los amantes de la cultura este lugar es un imperdible. Es sin duda uno de los tesoros mejor guardados de República Dominicana que no sólo te entrega espectaculares playas sino que, a través de estos lugares ocultos, te logra transportar a los inicios de nuestro continente.

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