Tulum: el paraíso que aún esconde la Rivera Maya


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La Rivera Maya se ha popularizado mucho entre los turistas internacionales estos últimos años. Esto porque ofrece un clima caribeño, mucha vida nocturna y playas paradisíacas. La mayoría de los turistas van a Playa del Carmen o a Cancún, pero los trotamundos que queremos disfrutar tranquilos de la vida caribeña aún tenemos un lugar donde ir: Tulum.

 

Playa de Tulum

La playa del camping

Habiendo ya viajado dos meses por Centroamérica, mi viaje por esa maravillosa zona estaba llegando a su fin. Con mi gran compañero centroamericano emprendimos la ardua tarea de llegar desde las ruinas de Tikal, en Guatemala, hasta la región de Quintana Roo, en México.

Como todo buen viajero Faro, uno está en constante diálogo con sus pares que hacen la hazaña por el otro lado; en este caso, con quienes venían bajando por el continente. Ellos nos hablaron muchas veces de Tulum, pero al ser una zona poco turística, había poca información. Por lo que llegamos a Playa del Carmen para ahí hacer los planes.

Pero llegar allá no fue fácil. Traspasar la frontera desde Belice a México fue increíble; las fronteras mexicanas son iguales a las películas y el policía que nos timbró tenía un magno mostacho que, junto con su acento, me trasladó a mi infancia con Cantinflas.

Camping en Tulum

El camping

Siendo ya México un país más desarrollado que sus vecinos, sigue siendo despelotado. El bus que nos llevó a la frontera y que nos tenía que llevar a Chetumal, primer pueblo colindante con Belice, nos dejó tirados en la frontera, ¡simplemente se fue! Con la indignación correspondiente, tuvimos que arreglárnoslas para llegar al siguiente pueblo, haciendo dedo a los buses que pasaban. En la frontera hay sujetos que cambian dólar de Belice a peso mexicano; yo no hice ningún cambio porque, a pesar de las advertencias de ellos, pensé que en Playa del Carmen me iban a dar un mejor precio. Grave error, ¡allá ni cambian el dólar de Belice!

Luego de una agotadora noche de viaje llegamos a Playa del Carmen. Nos instalamos en un hostal por dos noches para programar nuestra salida a Tulum y ver qué podíamos encontrar allá. Buscamos hostales por internet, pero sólo salían grandes hoteles.

Nos dimos cuenta entones de que el pueblo de Tulum no era el objetivo, sino su costa colindante, la playa de Tulum. Entonces encontramos el fan page del “Camping Chávez”. No daba mucha información, pero parecía que era lo que buscábamos. Entonces emprendimos el viaje caminando a la carretera desde el pueblo a la playa.

Como habíamos visto otros mochileros haciendo dedo, hicimos lo mismo. ¡No me van a creer lo que pasó! A los 20 minutos nos paró un Jeep y nos preguntaron a dónde íbamos. Cuando le dijimos que al camping Chávez, nos dijo que nos subiéramos. Arriba del auto le preguntamos al encantador caballero dónde iba él, y nos respondió que era el dueño del camping.

Son esas pequeñas coincidencias de la vida que nos pasan estemos donde estemos, pero viajando se hacen más comunes. Será tal vez porque confiamos más en el destino, porque nos dejamos llevar por nuestros instintos. No lo sé, pero con seguridad les puedo decir que cosas así me pasaron durante todo mi viaje. El Sr. Chavez vive en el camping y es como el padre de todos los jóvenes que se alojan ahí. Un personaje muy querido de la zona, tanto así que la carretera que bordea toda la playa lleva su nombre.

Cenote en Tulum

El cenote con las aguas más cristalinas que he visto

Pero la playa de Tulum es una zona donde la oferta turística está creciendo. Como ya no hay terrenos libres en las otras zonas, los proyectos inmobiliarios están atacando ahora Tulum. Compran sitios a destajo, pero el Sr. Chávez –quien asegura haber trabajado para la NASA– se ha rehusado a vender el suyo, que da directamente a la playa (desde donde se pueden ver dos grandes hoteles).

Acampamos una semana ahí, entre todos los gringos que van a disfrutar de un all inclusive. Por supuesto los que hacían actividades en la playa como un buen partido de fútbol éramos nosotros, los del camping; al final todos se sumaban y terminábamos en una pichanga a pata pelada donde nadie sabía para quién jugaba. Los atardeceres bien acompañados por amigos con una cerveza eran sagrados, y las noches a la luz de la luna con profundas conversaciones fueron inolvidables, así también como dormir en carpa a los pies de una de las playas más lindas del mundo.

Vimos tortugas desovar a un metro de distancia, fuimos a hacer snorkel a un cenote con el agua más cristalina que jamás haya visto, me hice amigo de un mapache a quien le di comida y compartimos con la naturaleza de una manera que en un resort hubiera sido imposible. Puedo decir entonces con autoridad que cumplí mi sueño de conocer en profundidad uno de los lugares más lindos de la Rivera Maya: la playa de Tulum.

Lugar:

México

Intereses:

Camping Low Cost Playas

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