Tasmania en campervan

 

Aunque pocas personas pretenden visitar este lugar alguna vez en su vida, ya sea por desconocimiento o por lejanía, definitivamente es un imperdible más que debiera estar en el bucket list de todo viajero que se precie de tal. Más que el hogar del famoso demonio de Tasmania, esta isla ofrece paisajes de todo tipo que van desde playas paradisíacas hasta montañas y lagos que parecen sacados de una postal. Parada obligada de los amantes del buen vino y las ostras, o de aquellos que simplemente gozan de sentarse a ver un increíble amanecer respirando el aire puro que ofrecen sus parajes, que además son considerados Patrimonio de la Humanidad. Esta es la historia de mi recorrido por Tasmania en campervan.

 

Aterrizamos en Hobart, la capital de Tasmania, una isla ubicada en Australia a 240 km al sureste del continente, separada de él por el estrecho de Bass. Después de pasar a buscar la campervan que habíamos arrendado, nos abastecimos de bencina, comida y bebestibles para partir nuestro tan esperado viaje rumbo al este de la isla. A lo largo del camino hay numerosos campings donde se puede pasar la noche –algunos con duchas, cocina y hasta WiFi (les aseguro que no será necesario, ¡no hay minuto que perder mirando la pantalla del teléfono con tal paisaje afuera!)– y otro sitios para estacionar la van o el auto, armar carpas y simplemente instalarse a disfrutar. Para aquellos viajeros con más presupuesto hay todo tipo de opciones de alojamiento.

Campervan en Tasmania

Nuestra van

Es primordial saber que, como en la mayoría del territorio australiano, las carreteras pertenecen a los animales durante la noche, por lo que hay que planificar bien los tiempos e intentar llegar a destino antes de que caiga la noche, ya que los canguros, wallabies, wombats y demás animales que viven en la isla salen de noche y cruzan las carreteras, poniendo en riesgo sus vidas y las de las personas que viajan después del atardecer. Calculo que por día podíamos contar unos 20 o 30 animales muertos en las carreteras, razón por la que claramente es mejor movilizarse de día.

Precisamente de día, muy temprano en la mañana, partimos rumbo a la península de Freycinet a encontrarnos con Wineglass Bay, considerada una de las 10 mejores playas del mundo. Paramos a probar el famoso vino y las ostras de Tasmania, y confirmamos el porqué de su fama mientras degustábamos estos manjares con vistas espectaculares. Luego fuimos al Freycinet National Park y por 60 dólares australianos compramos un ticket para el auto que nos permitiría entrar a todos los parques nacionales que visitaríamos más adelante. Durante una hora y media caminamos por el parque hasta llegar a un mirador con una vista increíble; tomamos un par de fotos y partimos a pasar la noche a un lugar llamado Friendly Beaches, que le hace honor a su nombre permitiéndote estacionar y disfrutar de un atardecer y amanecer sobrecogedores, rodeado de amistosos wallabies que se acercan sin temor a compartir con los visitantes.

Friendly Beaches, Tasmania

Con un wallaby en Friendly Beaches

Temprano por la mañana, después de nuestro desayuno preparado en la cocinilla de la van, partimos a Bay of Fires, famosa por sus playas con rocas de color naranja. Pasamos por ahí, recorrimos un poco, hicimos un asado en una parilla eléctrica que encontramos en un parque con vista al mar y seguimos el viaje. Pero este lugar es idóneo para quedarse a acampar y disfrutar de sus hermosas playas de arena muy blanca y mar de aguas color turquesa, y compartir con las demás personas que visitan la zona.

Bay of Fires, Tasmania

Bay of Fires

De la playa a la montaña 

Al día siguiente partimos al otro lado de la isla, hacia el oeste, rumbo al Cradle Mountain – Lake St Claire National Park, un lugar alucinante donde las montañas que adornan la zona se reflejan perfectamente en las aguas del lago Dove. Caminamos durante tres horas, pero hay opciones de caminatas más largas a gusto del visitante. Esta parada es altamente recomendable y es claramente uno de los lugares más destacables de la isla. Esa noche la pasamos en un pueblo llamado Strahan, donde pudimos salir a un bar a compartir unas cervezas y ver un poco más de la realidad de la gente de Tasmania. Una de las atracciones de Strahan es hacer un paseo en tren por los alrededores, además de ir a ver The Ship That Never Was, la obra de teatro que más tiempo lleva en escena en la historia de Australia, ya que sus actores la interpretan en Strahan diariamente desde…  ¡1993!

Cradle Mountain - Lake St Claire National Park, Tasmania

Cradle Mountain – Lake St Claire National Park

Finalmente llegamos a Hobart, una ciudad que merece la pena visitar, con paisajes hermosos y mucha onda. Allí, todos los sábados de 8.30 a 15 horas se instala el Salamanca Market, un mercado donde se puede comprar de todo: comida, joyas, ropa y mucho más en un ambiente muy entretenido.

Muy cerca de Hobart, y sólo a un ferry de distancia se encuentra Bruni Island, una isla famosa por sus diferentes tipos de queso y por su variedad de paisajes, que van desde playas paradisíacas hasta un faro con una vista panorámica de la isla. Vale la pena parar en esta isla, pero hay que considerar que no hay estaciones de servicio, para que no les pase como a nosotros que nos quedamos sin bencina en medio de la nada y sin señal en los teléfonos. Pudimos sortear ese obstáculo y olvidarnos de lo que pasó sólo mirando a nuestro alrededor y recordando lo afortunados que éramos de estar ahí. No era un sueño, era realidad. ¡Estábamos en Tasmania!

Bruni Island, Tasmania

Bruni Island

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