Subir a las Dunn’s River Falls en Ocho Ríos


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Visité por segunda vez Jamaica y me encontré con una de las mejores experiencias viajeras, con la que estaba en deuda desde la primera vez que fui.

 

Volví a viajar a Jamaica, pero esta vez a Ocho Ríos. Quienes conocen este país pueden dar fe de que encanta con su onda, gente y lugares a medida que lo vas conociendo y te vas dando cuenta de que su frase “Jamaica no problem” calza en su máxima expresión. La vez anterior visité Montego Bay y Negril, por lo que no alcancé a pasar por Ocho Ríos, un lugar destacado en muchos blogs de viajes y al que todos me recomendaban ir, por lo que esta vez lo dejé como una prioridad.

Como me gusta entender la denominación de los nombres de los lugares que visito, googleé Ocho Ríos y la respuesta de Wikipedia fue la siguiente: “El nombre de Ocho Ríos es un término equivocado, porque no hay ocho ríos en la zona. Lo más probable es que haya sido una mala interpretación inglesa que deriva del nombre original ‘Las Chorreras’, término que fue utilizado debido a las cataratas del río Dunn que se encuentran en la cercanía”.

Esas famosas cascadas eran exactamente mi plan del día. Fue así como tempranito partimos rumbo al Dunn’s River Falls Park.

Dunn's River Falls, Ocho Ríos, Jamaica

Dunn’s River Falls Park

El desafío de subir

Al ingresar al parque no sabes mucho a lo que vas. Pero, a medida que vas avanzando y el calor comienza a manifestarse, logras entender por qué estas cataratas son tan famosas.

El descenso comienza a paso lento por escaleras que llegan hasta el acceso a la playa, en pleno mar Caribe, donde desembocan estas maravillosas caídas de agua. A primera vista parece complicado subir a ellas; para que se hagan una idea, estas cascadas caen por un acantilado desde 600 pies por sobre el nivel del mar.

Como la naturaleza es sabia, de forma natural se crean escalones que facilitan la subida. Ésta se puede hacer con guía, en grupo formando cadenas con las manos o solo. Yo opté por esta última opción, así que guardé mis cosas y comencé la travesía, obedeciendo mi alma aventurera.

Podrán imaginar lo feliz que fui al llegar y sentir cómo el agua recorría mi cuerpo, con un increíble sonido natural que me acompañó por un buen rato, como música para mis oídos. Pero lo más lindo de toda esta experiencia es el entorno, una vegetación extraordinaria digna de cualquier programa del cable dedicado a la naturaleza.

Dunn's River Falls, Ocho Ríos, Jamaica

Feliz sintiendo el agua caer

Con miedo de resbalar y caer, las primeras cascadas pusieron a prueba mis ganas de seguir viviendo la experiencia, pues a medida que iba subiendo las pendientes se pusieron más complicadas. Sin embargo, después de recorrer un tramo me di cuenta de que no era más que una impresión, ya que sólo debía buscar dónde apoyar el pie y subir siempre considerando que lo más complicado es la fuerza del agua al caer.

En una de las subidas más empinadas se forma una piscina a la llegué deslizándome por una roca cual resbalín de niños. Avanzando, estas cataratas también se convierten en un verdadero salón de masajes, donde yo sólo me deje querer. Para todos los gustos y necesidades.

No podría decir con exactitud cuánto me demoré en subir, pues perdí la noción del tiempo disfrutando de cada parada, sobre todo con la vista que conseguí al final del camino.

Algo tuvo esta experiencia que me dejó encantada. Debe ser ese constante contacto con la naturaleza, algo que amamos los viajeros; pero para reflejarlo mejor los invito a viajar conmigo en sólo 55 segundos al Dunn’s River Falls, que de seguro les encantará.

Lugar:

Jamaica

Intereses:

Parques

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