Singapur low cost

 

Sin duda es caro, pero este oasis del Sudeste Asiático tiene una belleza singular. Su extrema limpieza y su arquitectura futurista son un respiro del regateo y las bocinas que empiezan a pesar. Finalmente logré disfrutar de sus bondades con el menor presupuesto posible.

 

Estás mochileando por el Sudeste Asiático y hay que definir el próximo destino. Tu presupuesto es ajustado, pero todo está muy cerca y no sabes si volverás a tener la oportunidad de estar allí. Así estaba yo definiendo si desde Jakarta, Indonesia, tomaba un avión a Singapur o a Kuala Lumpur; el valor del pasaje era exactamente el mismo, pero pasar por uno de los países más caros del mundo podría haber significado un terremoto en mis finanzas. Sin embargo, siempre existe una manera de abaratar costos y yo descubrí cómo vivir Singapur low cost. Sólo fue cosa de dejar de lado ciertas comodidades.

Llegamos a Singapur pasadas las 12 de la noche, así que decidimos dormir en el aeropuerto. Elegimos un lugar, no el mejor, para ser honesta; a un lado había una puerta que nos hacía corriente de aire y por el otro un ascensor que sonaba constantemente, pero cuando quise cambiarme Felipe ya dormía. No me quedaba otra (si no puedes contra algo, súmate), así que amarré las mochilas, me metí a mi saco y buenas noches.

Marina Bay, Singapur

De fondo, Marina Bay

A la mañana siguiente buscamos la forma más económica para llegar hasta el centro. Lo bueno de haber dormido en el aeropuerto, además de ahorrarnos una noche de alojamiento, es que en la mañana pudimos tomar una micro por 2,5 dólares singapurenses; otra opción es el metro.

Habíamos averiguado que Little India era la opción para los mochileros, pero como era tan temprano tuvimos que esperar a que los hostales abrieran para cotizar. Al comienzo casi me desmayé con los precios, pero solo sería una noche. Finalmente nos quedamos en el Inncrowd Hostel, cuyo precio es bastante elevado si se compara con los alojamientos de los países vecinos; sin embargo, en comparación con la oferta local estaba realmente bueno. Los dormitorios compartidos no tenían nada especial y valían 20 dólares singapurenses, los baños eran limpios y modernos, había un área común con WiFi y televisión, y por la mañana servían el desayuno en la cocina (el precio incluía té o café, pan, mermelada, mantequilla de maní y dos huevos duros).

Scooter en Singapur

Recorriendo la ciudad en monopatín

Lejos la mejor parte del hostal fue el tour gratis en monopatín. Alrededor de las 6 de la tarde comenzó la aventura a toda velocidad por las calles de Singapur; pasamos por los puntos más importantes y vimos los famosos shows de luces del Marina Bay y Gardens by the Bay, donde estos árboles tecnológicos se iluminan al caer la noche y te hacen sentir dentro de la película Avatar.

Llegada la hora de comer Little India era perfecto para probar diversos platos muy económicos. Mi consejo es ir directamente al mercado, donde encontrarás cientos de pequeños puestos de comida y mesas ubicadas en los pasillos, ideal para compartir con los locales y preguntar qué recomiendan probar. Por 5 dólares comí y tomé un jugo con leche condensada (nada de mi gusto, así que lo regalé).

Fueron dos días y una noche muy caminados y transpirados. Dejé los pies en la calle y en mi scooter, pero Singapur fue una parada que valió la pena. Nuevamente un lugar me sorprendía y mis prejuicios se desvanecían. ¡Jamás elimines un lugar de la lista tan solo por su fama!

Gardens by the Bay, Singapur

Los árboles de Gardens by the Bay iluminados en la noche

Lugar:

Singapur

Intereses:

#ViajerosFaro Low Cost

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