Salir de mi zona de confort y cumplir sueños viajeros
Vivir lejos de mi hogar me ha llevado a conocer nuevos amigos de todo el mundo, me ha dado los mejores momentos de mi vida y me hizo encontrar al amor de mi vida, con quien he decidido recorrer el mundo. Por Mario Valdebenito.
Con la idea de cumplir mi sueño viajero de vivir un tiempo fuera de Chile, me inscribí en un máster que me diera la posibilidad de estudiar al menos un semestre en el extranjero.
Tras un año de estudio en Santiago sólo restaba un semestre para partir al intercambio y comenzar esta experiencia, a la que luego de un fin de semana de playa decidí añadirle “tan sólo un poco” más de adrenalina.
Quise que el viaje fuera más allá de los seis meses del intercambio, para lograr el cambio de vida que siempre soñé pero que no me atrevía a hacer por miedo. Así que lo decidí: me iría a dar la vuelta al mundo.
Este detalle no era menor, ya que implicaba dejar mi familia, amigos, trabajo, casa, juguetes y vida “normal”, por vivir algo nuevo según lo que se me fuera presentando en el camino… haciendo camino al andar.
Después de convencer a todo el mundo (en especial a mi querida madre) de que no estaba loco, de que se puede vivir con poca plata y de que se puede trabajar en lo que sea con tal que a uno lo haga feliz, es que a fines de enero de 2014 llegó el gran día de partir.
La despedida
Recuerdo que esa mañana desperté con una sonrisa y una energía increíbles, que me levanté enfermo de alegría, contagiando felicidad y ganas de volar y cumplir sueños a todos los que se me cruzaran en el camino.
No recuerdo nunca haber llorado tanto como ese día, ni siquiera cuando era chico. Lloré desde que me despedí de la primera persona hasta 20 minutos después de haber despegado. Fue increíble ver a mis papás, hermanas, sobrinos y amigos en el aeropuerto deseándome lo mejor del mundo (bueno, yo creo que mi mamá era la única que deseaba que volviera al día siguiente).
Sabía que mi viaje sería por mucho tiempo y que me perdería muchas etapas de la vida de todos, por lo que traté de dejarles las energías y la tranquilidad para que se cuidaran en mi ausencia y, lo más importante, para que cuidaran a mis viejitos lo mejor posible.
Se hace camino al andar
Luego de un vuelo muy conversado, y ya en el destino final (Valencia), comencé una nueva e increíble etapa de mi vida: en resumen, terminé mis estudios, tengo nuevas familias en muchos países, estuve de fiesta por semanas completas, logré conocer la mitad de España y un par de islas, viajé a Marruecos y, en agosto de 2014, cuando me preparaba para empezar mi vuelta al mundo, me enamoré de la francesa más linda y simpática de todas, la que me propuso que la siguiera a Francia, a lo que dije “oui”. Luego de disfrutar de la vida en Toulouse y recorrer un poco de Francia juntos, terminamos viviendo en Costa Rica y planeando la forma de seguir con nuestros sueños viajeros.
Soy una persona feliz y agradecida de la vida, con ganas de conocer paisajes, experiencias y nuevos estilos de vida, tratando de contagiar felicidad y ganas de vivir y sentir la vida junto a mi querida aliada Juliette.
La vida es muy corta para no disfrutarla y, si no lo haces, otro lo hará por ti. Sal y descubre lo que te llena la cara de risa. ¡Nada malo puede pasarte!