Recorrer la España musulmana


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Ocho siglos de historia no se borran tan fácil de la memoria. Recorrer los vestigios de la España musulmana es encontrarse con esa historia, la de una Edad Media turbulenta, que permitieron que hoy sea, al menos para mí, uno de los países más diversos y entretenidos en los que he estado.

 

España es un país bien extraño: no hay una sola forma de ser española, ni una raza, ni un solo idioma, ni una gastronomía, ni una unidad cultural que los identifique. Es una nación multicultural, compleja y donde son pocos los que fácilmente te dicen “hola, soy español”. Pero son todas esas particularidades las que construyen un país demasiado potente en cultura, que a mí no me cansa. He ido tres veces, pero la primera vez fui a vivir. Mi casa estaba en Bilbao, en el País Vasco, al extremo noreste del país, al lado de la frontera con Francia. Ahí, en el casco viejo, en el sexto piso de un edificio sin ascensor, empecé a aprender lo que significaba vivir en un país tan diverso y que hace unos siglos llegó a dominar el mundo moderno.

La España del Islam

Sabía del dominio musulmán porque lo había estudiado en historia medieval. Durante casi 800 años el sur de España estuvo sometido al Islam, desde el 711 hasta el año del descubrimiento de América, cuando en 1492 los reyes católicos recuperaron la ciudad de Granada. La zona conocida en la Edad Media como Al-Ándalus es hoy la comunidad autónoma de Andalucía, al extremo sur del país, frente a las costas de Marruecos. El centro de esta suerte de “imperio” musulmán en España fue el Califato de Córdoba, que oficialmente existió hasta el año 1031, pero que significó la mayor época de esplendor para la zona.

Andalucía, España

Andalucía es el epicentro de la España musulmana

Bajarse del avión en Andalucía es como llegar a otro país. Todo es distinto: otro acento, otro paisaje, otras caras, otro clima y otros precios, en comparación al astronómico costo de la vida en el norte. Llegué a la casa de un primo de mi mamá que vivía allá con su familia. A pesar de que ellos se acordaban de mí de cuando era muy chica y yo no tenía recuerdo de haberlos visto, fueron lo suficientemente amables para no sólo recibirme a mí, sino también a la amiga de una amiga que vivía en Cataluña y con la que habíamos decidido ir a recorrer el sur.

Málaga es una ciudad grande, a orillas del Mediterráneo, que nos recibió con unos envidiables veintitantos grados, a pesar de haber llegado en pleno invierno. Desde la estación de buses y abastecidas con sándwiches de jamón serrano que nos preparaban nuestros amables anfitriones, partimos a recorrer lo que más queríamos: Córdoba y Granada.

Córdoba

Córdoba fue la capital del califato del mismo nombre, un estado que funcionaba como centro del imperio musulmán en Occidente. En sus años de apogeo fue la principal ciudad del oeste de Europa; tanto así, que disputaba esta hegemonía con Constantinopla, al otro extremo del Mediterráneo.

Córdoba, España

Córdoba

Toda la grandeza de este poder se hace evidente al enfrentarse por primera vez a la imponente mezquita. Este enorme edificio emplazado en medio del barrio histórico de la ciudad se empezó a construir a fines del siglo octavo. Con sus más de 20 mil metros cuadrados de extensión, fue durante siglos la segunda más grande del mundo después de La Meca, pero en el siglo XVI fue desplazada tras la construcción de la Mezquita Azul en Turquía.

Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, uno de los lugares más visitados del país, uno de los sitios históricos más importantes del mundo y sólo el año pasado fue visitada por más de un millón y medio de personas. El enorme muro que la rodea resguarda todo lo que, desde hace más de un milenio, se esconde allá adentro.

Entramos al patio de los naranjos, lo más característico de Córdoba, pues toda la ciudad está llena de estos árboles. Pero lo realmente impactante viene al acceder al edificio principal: 1.300 columnas de mármol y granito que sostienen casi 400 arcos en forma de herradura. Es por lejos una de las construcciones religiosas más impresionantes en las que he estado y es una pena ver cómo la historia fue saqueada para convertirla en un lugar de culto católico, cambiando el aspecto original de esta impresionante construcción. La reconquista católica de Córdoba se concretó en el siglo XIII y desde allí empezó la conversión de la gran mezquita en la catedral de la ciudad, para lo que fue adaptada a imagen de las iglesias de Castilla, con un recargado estilo renacentista que poco tiene que ver con la elegancia con que fue originalmente construida. Y no lo digo yo; según cuentan, fue el mismo emperador Carlos V el que pronunció: “habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes”. A pesar de la indudable intervención, la esencia del arte islámico ha sobrevivido a lo largo de todos estos años y eso es lo que se percibe al entrar. La gran mezquita de Córdoba es el fiel reflejo del sincretismo cultural que supone la complicada historia de España.

Mezquita-Catedral de Córdoba, España

Mezquita-Catedral de Córdoba

Granada

Llegamos a Granada en un soleado día con casi 30 grados a pesar de ser febrero. Recorrimos la ciudad y vimos otras caras, tan distintas a las del norte; más desorden, más vida en las calles, grupos tocando flamenco, mercados ambulantes con decenas de castañuelas y vestidos rojos con negro colgando de los negocios, gitanas afuera de la iglesia vendiendo ramas de romero para espantar las malas vibras y gente ofreciéndonos entrar sus locales a comer “carnepicá”, así, todo junto, sin separar las palabras. Realmente otra España, a la que más de dos millones de personas llegan cada año por una sola razón: la mítica Alhambra, que con sus jardines, fortalezas y palacios, sirvieron de residencia para la familia y la corte del Reino Nazarí de Granada durante la Edad Media.

La Alhambra fue construida sobre el monte Sabika, uno de los puntos más altos de la ciudad, asegurándole una espectacular vista a todo lo que ocurría en Granada. Fue edificada allá arriba para ver y para ser vista, accediendo a una panorámica general de la ciudad, lo que permitía estar alerta ante cualquier posible ataque enemigo.

La Alhambra, Granada, España

La Alhambra

La Alhambra tiene más de 700 años de historia y fue residencia real a partir del siglo XIII con el ascenso al poder de Muhammad ibn Nasr. Es verdaderamente una ciudad en sí misma y un día completo no nos bastó para recorrerla. No vale la pena enumerar todo porque la lista sería interminable, pero destaco dos cosas: lo más antiguo es la Alcazaba, la zona militar ocupada para vigilar, y que por motivos de defensa fue construida primero; pero lejos lo más impactante son los palacios Nazaríes, compuestos de los palacios de los Leones y de los Comares, ambos hechos en el 1300. Sería imposible nombrar todos los salones, patios y piscinas. Han pasado ocho años y sigue siendo uno de los lugares más sobrecogedores en los que he estado y de las obras de arquitectura más ricas que he tenido la suerte de ver; esas fachadas, esos tallados tan minuciosos, la delicadeza y el detalle del arte islámico es algo que a mí me llama mucho la atención. Es una forma de arte tan pura y tan ajena a lo que estamos acostumbrados en el mundo occidental, que quizás por la lejanía me gusta tanto. El arte musulmán es radicalmente distinto al nuestro y ver un lugar así, tan bien conservado, es realmente un regalo.

Y es que ocho siglos de historia no se borran tan fácil de la memoria. Recorrer los vestigios de la España musulmana es encontrarse con esa historia, la de una Edad Media turbulenta, que permitieron que hoy sea, al menos para mí, uno de los países más diversos y entretenidos en los que he estado.

España

España guarda ocho siglos de historia

Lugar:

España

Intereses:

Historia Religiones

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