Quiero viajar por Chile
Tengo unas ganas inmensas de conocer mi hermoso país, uno que, para el resto del mundo, suele ser la última frontera por explorar, pero que para muchos de nosotros no es ni la primera.
Hace como cinco años estuve revisando esas típicas listas tipo Amazing places you should visit, cuando se me apareció una foto asombrosa. Eran unas cuevas azules y blancas que se reflejaban sobre una traslúcida agua turquesa. ¿Reconocen la descripción? Pues yo nunca había visto algo semejante en mi vida así que ni les cuento cuál fue mi sorpresa al ver que la reseña de la foto decía “Chile”.
Esta maravilla de colores indescriptibles era nada menos que la Catedral de Mármol, un lugar que hoy está bien de moda pero que hace un par de años atrás parecía ser sólo conocido por extranjeros. Tanto así que cuando traté de googlear más sobre el lugar, la gran parte de los sitios que me aparecieron es ese momento estaban en inglés.
Creo que ese fue el inicio de mi urgente necesidad por recorrer este país que, si bien era mío, conocía poco. Una vida entera pasada en el extranjero había hecho que llegara a mis 19 años conociendo sólo Chiloé, un poco del sur, la V Región y el Valle del Elqui. Desde ese entonces he añadido un par de destinos más incluyendo a mi amado San Pedro y los breathtaking Altos del Lircay. Pero tampoco ha sido mucho.
Y es que es difícil viajar por Chile.
Nos falta infraestructura, transporte público y, en general, opciones para el viajero que no es ni de lujos, ni de camping. Habiendo tantos lugares hermosos que recorrer que no tienen nada que envidiarle al resto del mundo ¿cómo es que aún estamos tan lejos de fomentar estas maravillas entre todos los chilenos?
Felizmente estoy notando un leve cambio en el viajero local que cada día aprecia más su país. Sin embargo, siempre se repite el mismo comentario al momento de hablar del turismo local: sale muy caro viajar por Chile.
Que no hay reales opciones para alojarse si uno anda solo, que se necesita usar autos (idealmente 4×4), que la bencina es cara, que a muchos lugares sólo se puede llegar con una empresa que tiene el monopolio y te cobra una ojo de la cara, etc… Aunque quieras viajar budget necesitas plata, y mucha. Especialmente en mi caso que suelo viajar sola. En esas condiciones, mejor irse un fin de semana con todo incluido a Lima. Sale más a cuenta.
¿Cómo hacerlo entonces? Aun no sé. Sigo más motivada que nunca con mi sueño de viajar por Chilito, a pesar de que se ve complejo el panorama. Si hasta decidí que voy a armar una libreta tipo bucket list para ir anotando destinos y datos que me puedan servir. Si lo pienso, no hay país que me tenga tan intrigada y que, sin embargo, se me haga tan inaccesible. ¿Qué irónico, no?
Me muero por ver pingüinos, explorar parques como el Huerquehue y contemplar nuestro pasado salitrero en Humberstone. Quiero ir a Isla de Pascua, subir el Chungará y ver el desierto florido alguna vez, ya que siempre me lo pierdo. Y eso es sólo para empezar.
Pero quizás, más que nada, necesito creer que se puede cambiar el turismo chileno, que se puede generar ruido y que hay potencial para impulsar un turismo que tenga ofertas para todo tipo de viajero. Si países como Croacia pueden, why not us?
Todos nos merecemos conocer este hermoso país que, para el resto del mundo, suele ser la última frontera por explorar, pero que para muchos de nosotros no es ni la primera.