Si el país garoto es tu próximo destino, pon atención y toma las precauciones necesarias para disfrutar de tus vacaciones sin problemas.

Brasil está preocupado. Los casos de fiebre amarilla han aumentado drásticamente desde diciembre de 2016 en los estados de Espirito Santo y Minas Gerais (ambos ubicados al norte de Río de Janeiro), y en menor medida en Sao Paulo, Bahía y Brasilia.

La fiebre amarilla es un virus que proviene del mono y se transmite a los humanos a través de la picadura de un mosquito, como ocurre también con el dengue, el zika y el chikungunya. Sus síntomas son bastante molestos, pero en la mayoría de los casos las personas se sobreponen rápidamente. Sin embargo, en caso de que la enfermedad no se trate a tiempo o correctamente, puede provocar problemas graves, como daño renal e incluso la muerte.

Si este paisaje te espera, ¡que nada te detenga!

Por eso, si tienes un viaje planeado a alguna de las zonas afectadas de Brasil, las recomendaciones apuntan a que te vacunes contra el virus al menos diez días antes del viaje. La vacuna tiene una duración de diez años; si ya te la pusieron para algún viaje anterior desde el cual haya pasado más de una década, sólo necesitarás un refuerzo, cuyo efecto es inmediato, por lo que no requiere ser aplicado con tanta anticipación.

Además, en caso de que vayas a viajar a otra zona de Brasil, siempre lleva contigo un frasco de repelente. Olvídate del mito que dice que sólo sirven los comprados en el país donde se encuentra el virus; en realidad, sólo debes fijarte en el porcentaje de dietiltoluamida (DEET) que tiene, del cual depende la duración en la piel y no su efectividad.

Brasil es un país maravilloso y ni siquiera una amenaza como ésta debería impedir que lo visitemos. Tomando las medidas del caso, tu viaje debería ser inolvidable.

Te recomendamos vacunarte y usar mucho repelente