Pucón lo tiene todo

Por Andrea Gutiérrez.

Con mi pololo y compañero de trabajo planeamos nuestras primeras vacaciones juntos. Pero justo el último día de trabajo antes de salir de vacaciones, en nuestra empresa hicieron reducción de personal y entre las 20 personas que despidieron estábamos nosotros. Ya teníamos todo listo para el viaje, así que –cesantes– partimos a nuestra aventura.

Volcán Villarrica

Con el volcán de fondo

Antes de partir desde Viña, todavía medio shockeados por el despido, nos prometimos que esa semana en el sur nos olvidaríamos de nuestra condición de cesantes y disfrutaríamos como si nada hubiera pasado.

Viajamos en bus durante toda la noche así que ni sentimos el viaje. Llegamos al terminal más o menos a las 7 de la mañana y lo primero que queríamos hacer era ir a ver el lago Villarrica, así que empezamos a caminar siguiendo nuestro olfato. No había edificios de mucha altura así que desde donde miráramos podíamos ver el volcán. Llegamos al lago, tocamos el agua y, como el día estaba despejado, el panorama para la tarde era volver al lago para poder bañarnos. Pasamos a un restaurant a tomar desayuno y nos fuimos al hotel.

Primera vez en un lago

En la tarde volvimos al lago. Hacía mucho calor y el día estaba perfecto para estar en el agua. Para los dos era nuestra primera vez bañándonos en un lago y nos encantó. La tranquilidad del agua comparada con el mar y no tener el cuerpo salado al salir del agua era muy agradable. Pero pagamos el noviciado, porque solo llevé un pareo para tirarnos en la arena, pero no contábamos con que era volcánica, así que sufrimos un rato por el dolor de las piedras incrustadas en la piel.

Ojos del Caburga

Ojos del Caburga

Los días siguientes los aprovechamos al máximo. Pucón es una ciudad que está enfocada principalmente al turismo y en la calle dábamos cinco pasos y aparecía alguien a ofrecernos algún tour. Nosotros elegimos hacer todo por nuestra cuenta para ahorrarnos bastante plata y movernos a nuestro propio ritmo.

Lo mejor fue que el tiempo nos acompañó en nuestras actividades. Tuvimos días de sol en los que disfrutamos del lago Villarrica y fuimos a los Ojos del Caburgua. Solo nos tocó un día nublado cuando fuimos a recorrer Valdivia y una cervecería. Cuando regresamos a Pucón en la noche llovía torrencialmente, jamás había estado bajo una lluvia tan fuerte y la ciudad estaba muy oscura. Así que al otro día, como siguió lloviendo, el mejor panorama era irse a las termas. El camino hacia ellas era precioso, con mucha vegetación y animales a la orilla del camino.

No se puede escapar de la fuerza de la naturaleza

Nos ofrecieron hacer rafting y ascender al volcán, pero nosotros preferimos caminar por la orilla del lago y recorrer la ciudad. Pucón es un lugar muy agradable, con calles muy limpias, así que daban ganas de quedarse a vivir a ahí. Sin embargo le dije a mi pololo que no sabía si podría vivir tan cerca de un volcán que se podía poner en actividad en cualquier momento. Después, pensándolo bien, en Viña tenemos la amenaza de un posible tsunami y en realidad donde estemos en Chile nos puede pillar un terremoto, así que más que vivir preocupados por los desastres naturales lo mejor es disfrutar de la naturaleza.

Ovejas en Pucón

Rebaño de ovejas en el camino

Lugar:

Chile

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