Pokhara: amor a primera vista
En Nepal, a 200 kilómetros de Katmandú, su capital, se encuentra esta ciudad que golpea con su belleza a quienes la visitan. Pokhara cumple con todos los requisitos que buscan los viajeros: paisajes espectaculares, actividades de turismo aventura por montón, alojamiento muy barato y una comida indescriptible. Basta con pasar un par de minutos en ella para sentir algo parecido al amor… un amor a primera vista.
Estaba de vacaciones en Bali cuando me encontré con quien fue la manager del restaurante donde había trabajado en Sydney. Daniela, de Inglaterra, y yo nos habíamos hecho amigas además de colegas, pero luego cada una tomó distintos rumbos, hasta ese momento.
«Quiero ir a Malasia y a Nepal, ¿te sumas?”, me preguntó. Y así fue como mis vacaciones de dos semanas por Indonesia se alargaron por dos meses. Y es que mi lema es “lo que decidas hacer, asegúrate que te haga feliz”. Se lo escuché una vez a alguien y me sentí muy identificada, tanto así que descubrí que este tipo de cambio de planes al viajar me hace muy feliz, así es que viajo libremente y no digo que no a algo inesperado que sé que será bueno, como esta propuesta.
No estaba muy segura de dónde quedaba Nepal, no sabía qué había ahí y tampoco lo tenía en mi bucket list. Hoy agradezco a mi amiga por habérmelo propuesto, pues terminó convirtiéndose en uno de mis países favoritos. Su gente tan amigable, con sus coloridos atuendos, te saluda en la calle sin pedir nada a cambio, no quieren venderte nada, sólo quieren conversar contigo. A pesar de la extrema pobreza, todos sonríen. Da la impresión de que ahí las personas no viven pendientes del dinero como en otras partes; ellos son felices con lo poco que tienen y es por eso que se siente una energía especial, como si sus calles brillaran, con sus hermosos templos llenos de gente rezando, sus pasadizos, aromas y sabores. No creo haber visto mujeres vestidas para el día a día, con su vestimenta tradicional, más lindas que en Nepal. Cada lugar de los que visité me sorprendió por alguna razón, pero todos tenían en común su encanto, especialmente Pokhara, a donde llegamos con la intención de conocer los Himalayas.
El amanecer más lindo del mundo
Pokhara solía ser una importante ruta comercial entre el Tíbet y la India, y es conocida como el punto de partida para hacer los trekking al Annapurna. Es un pueblo muy tranquilo con un característico lago de aguas azules rodeado de bosques y montañas, en donde, de fondo, se ve siempre un grupo de personas practicando alas delta. Allí se respira un aire especial, muy relajado, y se pueden encontrar turistas de todas partes del mundo.
Las calles de la ciudad estás llenas de tiendas con ropa y accesorios de trekking de las mejores marcas a precios irrisorios; nadie te confirmará si son originales o no, pero la tentación está presente, sobre todo si se pretende partir una aventura a las montañas. Yo, como no tenía intenciones de hacer un trekking, no llevaba ropa adecuada en mi maleta, así que compré por unos 100 dólares equipamiento completo para la aventura que emprenderíamos: una caminata de cuatro días a Poon Hill, una montaña de 3.200 metros, desde donde hay una vista espectacular a los Himalayas. Este trekking es uno de los más populares, ya que es el más corto y fácil, ideal para principiantes, y se hace de tal forma que se llega a ver el amanecer desde la cumbre del Poon Hill.
Caminamos todo el día para luego llegar a distintos pueblos, cada vez más arriba, donde los mismos habitantes nos recibieron en las llamadas tea house. Además de ser sus casas, en ellas ofrecen exquisitos platos ¡con derecho a repetición!
Así seguimos caminando durante tres días hasta llegar a Ghorepani, el punto de partida para la ascensión a Poon Hill. Los paisajes son alucinantes y el amanecer en el Annapurna hace que los primeros rayos del sol iluminen las montañas nevadas generando un espectáculo que parece de otro mundo. Un dato no menor es que entre ellas se encuentran dos de las montañas más grandes del mundo: Dhaulagiri y Annapurna 1.
La experiencia realmente vale la pena. Además del trekking es recomendable quedarse unos días en Pokhara, ya sea antes o después, para disfrutar de sus desayunos con vista al lago y de su tranquilidad sobrecogedora.
Así es que ya lo saben, sumen a Nepal a su lista de viajes y pasen por Pokhara, no se arrepentirán.