No por nada Madonna bautizó a San Pedro, en el cayo Ambergris belizeño, como La isla bonita en su famosa canción lanzada en 1987. Y es que esta isla es la combinación perfecta entre clima tropical, relajo máximo y un mar lleno de flora y fauna, ideal para hacer snorkel y buceo. Por Lesley Warren.

Mi marido y yo fuimos a San Pedro para nuestra luna de miel, como un paréntesis al típico viaje que muchas parejas hacen a Playa del Carmen. Quisimos mezclar un viaje más asegurado y lleno de actividades, como es el conocido destino mexicano, con algo aventurero y menos conocido, y no nos arrepentimos en lo más mínimo de la decisión. Desde Playa del Carmen nos tomamos un bus que viajaba durante la noche rumbo a Ciudad de Belize para luego tomar un water taxi que recorría los distintos cayos dejando a los pasajeros.

Durante el recorrido a la isla sientes la brisa, ves el color calipso del mar y el azul intenso del cielo y, después de una hora, ves a lo lejos la primera de muchas islas que rodean a Belize con sus costas de muelles y casas caribeñas, y también la enorme barrera de coral (la segunda más grande del mundo después de la de Oceanía) que fue calificada como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Al llegar la sonrisa es instantánea.

La playa de San Pedro

El pueblo de San Pedro

La principalidad localidad del Cayo Ambergris, el más grande de Belize, vive en torno al turismo. Sus habitantes son principalmente mestizos, muy agradables y serviciales, y si bien el idioma oficial del país es el inglés por haber sido colonia británica, todos hablan español y “spanglish” así que es fácil comunicarse. Además, su moneda, el dólar belizeño, vale exactamente la mitad que un dólar americano, así que es súper cómodo para sacar cuentas, y reciben ambas monedas. Nada es difícil en este lugar.

La calle principal bordea la playa y está llena de restaurantes, pubs y hoteles de estilo muy pintoresco y totalmente relajado, así que nada de tacos o de arreglarse para salir, ¡y sí a los vestidos playeros y hawaianas! El ambiente es de despreocupación total y es muy fácil perderse en las horas y días. La mejor comida de la isla proviene del mar: ceviches, langostas, camarones y pescado frito, todo acompañado de una saludable porción de crujientes papas fritas y jugos naturales o cervezas bien heladas.

Una comida normal en San Pedro

Bucear, el gran atractivo de la isla

Una de las principales razones por las cuales esta isla es conocida es por el Great Blue Hole, una porción de mar rodeada por un arrecife que tiene una profundidad mayor que el mar que la circunda, lo que la convierte en un lugar muy codiciado por los buzos experimentados. Meterse ahí debe ser un poco intimidante por decir lo menos. El mismo Jacques Cousteau lo calificó como uno de los mejores lugares para bucear, así que no soy solo yo quien lo dice.

Yo jamás había buceado ni me había metido al mar consiente de que alrededor mío estaba repleto de seres vivos, así que partimos por lo básico. Decidimos hacer un curso y, luego de recorrer decenas de muelles que los ofrecían, nos decidimos por sacar la certificación PADI. Hay que ver una serie de videos, hacer pruebas y, como todo deporte extremo, firmar un papel que básicamente dice que te puedes morir y que sólo tú eres responsable en caso de que eso ocurra. Luego de mirarnos un poco dudosos, decidimos seguir adelante y hacer nuestra primera inmersión.

En el agua, lista para bucear

Fuimos a la reserva Hol Chan, donde hicimos las primeras pruebas prácticas para luego descender a disfrutar de las maravillas de este protegido ecosistema. Millones de peces de los colores más variados e intensos al alcance de la mano, tortugas chicas y grandes, enormes murallas de corales donde habitan algas y otras especies, animales que nunca había visto y una paz adictiva: sólo escuchas tu respiración, los movimientos parecen ser en cámara lenta y la luz de la superficie se ve lejos. En fin, ahí estás dependiendo de un tanque de oxígeno y disfrutando de la naturaleza en todo su esplendor. Varias inmersiones después obtuvimos nuestra certificación, pero lo más entretenido es que tuvimos la oportunidad de compartir una nueva y emocionante actividad juntos.

El destino fue perfecto, lo recomendaría una y mil veces para quienes quieran aventurarse en el snorkel o el buceo, y disfrutar de un lugar donde las buenas vibras y el relajo se sienten en todo momento.

Como dice Madonna en su canción:

Tropical the island breeze
All of nature wild and free
This is where I long to be
La isla bonita

Los tiburones se acercaban a nuestro bote