Pisando las huellas tailandesas de Leo DiCaprio
Desde temprana edad, La Playa llegó para meterse en mi cabeza y no salir de ella hasta ver la realidad de este masivo y paradisíaco rincón asiático.
Si no estoy viajando es porque me encuentro planificando mi próximo viaje, o al menos soñando despierta con él. Internet no es la única fuente que alimenta todos estos pensamientos exploradores que me distraen de mi rutina diaria, sino que los libros y películas han sido grandes influencias a la hora de imaginar a dónde me gustaría escaparme.
Into the Wild, Eat Pray Love, The Secret Life of Walter Mitty, The Way, Lost in Translation, Before Sunrise y The Darjeeling Limited son solo algunos de los títulos que me han inspirado para realizar mis viajes; pero la realidad es que todo empezó con La Playa.
Para quienes aún no la han visto, un veinteañero Leonardo DiCaprio viaja a Bangkok y conoce a un inglés que le habla sobre una misteriosa isla secreta donde un selecto grupo de viajeros de todo el mundo ha decidido establecerse alejado del ruido moderno. Eventualmente logra llegar a este destino donde los paisajes parecen sacados del mismo paraíso y cosas extrañas suceden.
Cuando me enteré de que este sitio no sólo existía realmente, sino que además salían tours diarios desde Koh Phi Phi, tuve que ver cómo llegar al lugar que marcó tantos años de mi vida, imaginando esas playas de agua turquesa y vegetación salvaje. Si bien actualmente es un lugar masivo y difícilmente refleja lo que transmite la película, debo admitir que fue un placer tachar a Maya Bay de mi bucket list.
El mejor tour de Tailandia
Durante mi estadía de un mes en el país asiático fui extremadamente tacaña con algunas cosas como ropa y regalos, pero en algo que jamás escatimé fue en pagar por recorrer el fantástico territorio. Lo bueno de todo esto es que en todos los destinos hay tours que están al alcance del bolsillo de un mochilero y –a pesar de algunos inconvenientes– son bastante buenos.
Me encontraba un poco perdida en el ruido de la fiesta en Koh Phi Phi cuando pagué uno de los mejores paseos de mi vida que incluía la famosa Maya Bay y una serie de actividades que dejarían a cualquiera sin poder dormir de la emoción. Sin embargo, la isla tiene fama de estafar a los viajeros, así que decidí bajar un poco mis expectativas para no desilusionarme.
Así, empecé la mañana con mi obsesión de panqueques de plátano con Nutella y caminé hasta la agencia donde conocí a mi grupo de ese día: una pareja australiana y cuatro ingleses desordenados que andaban con la peor caña de su vida. Todos nos saludamos y nos subimos al rústico bote que tardó una hora en hacer andar el motor.
El primer panorama fue nadar con tiburones que jamás aparecieron, así que pensé que me habían engañado tal como todos me habían dicho que lo harían. Pero tras relajarme en el paisaje de Bamboo Island, ver monos agresivos en Monkey Island, saltar de un acantilado con serpientes, nadar en la cristalina agua de Blue Lagoon, conocer la playa donde se filmó la película que cambió mi vida, ver un atardecer violeta en el bote y nadar de noche con plancton luminoso, decidí que fueron los mejores baths invertidos de todo mi viaje.
Acortando mi bucket list
Maya Bay fue mi sueño durante tantos años, que ya la tenía completamente idealizada, y pensé que efectivamente iba a ser un rincón secreto con la energía misteriosa que cuenta la película. Si bien ya había escuchado comentarios de que era un destino sumamente masivo tras el lanzamiento de La Playa, igual quise conocerla y no me arrepiento ni un solo segundo.
A pesar de estar llena de turistas y no tener toda la “mística” que le cuenta el inglés a Leo, no se puede dejar de apreciar los hermosos contrastes de esta isla de arena blanca, rodeada de acantilados y agua clara. Nadar sumergida en este paisaje fue una experiencia inolvidable con la que soñé durante muchos años, que no habría cumplido si me hubiera guiado por las recomendaciones de mis amigos.
Por esta razón, la mayoría del tiempo hay que hacer lo que uno quiere y no escuchar las opiniones del resto, sobre todo si se trata de destinos por conocer que pueden tener significados distintos para cada viajero.