El sueño viajero de ser musulmán por un día


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La primera vez que escuché por televisión el llamado a rezo de los musulmanes, me propuse llegar a algún destino que me permitiera convertir ese hermoso sonido en un sueño viajero cumplido. Y lo logré.

 

Vista exterior de la Mezquita Azul, en Estambul

Mezquita Azul

Apenas mi avión se posó sobre la pista de aterrizaje en el Aeropuerto de Ataturk, en Estambul, supe que lo primero que haría sería encontrar la espiritualidad islámica y disfrutar con el bello y gutural llamado a rezo del Almuecin.

Todo paseo en la capital turca comienza con la zona histórica de Sulthanamet. Si bien los principales atractivos están acá, no esperaba que éste fuera el lugar para encontrar una experiencia tan genuina que me permitiera cumplir uno de mis grandes sueños viajeros.

Cuidando de aprender las palabras básicas y respetar la cultura en cuanto a la vestimenta y las formas, llegué al gran ícono de la ciudad: la Mezquita Azul.

Encrucijada viajera

Cuando ingresé al recinto, un hombre de piel arrugada y una enorme barba canosa puso su palma a una incómoda distancia de mi rostro, en señal de que me detuviera. En un básico inglés me dio a entender que los turistas no éramos bienvenidos a esa hora (la del rezo) y que debía irme. Su voz era seca y algo agresiva, pero su actitud estaba inmersa dentro del profundo respeto que tienen por sus tradiciones y cultura.

Hombres musulmanes dentro de la Mezquita AzulCon mucha humildad retrocedí un poco y, sin esperar nada más que neutralizar la situación, le comenté que mi interés no era faltar el respeto, sino que estaba muy interesado en su cultura y religión. Con sus ojos negro azabache me miró fijamente y me preguntó: “¿De verdad te interesa aprender de nuestra religión?”. Fue una pregunta directa y sin pestañeos de por medio. Algo confundido asentí y me respondió, sin espacio al arrepentimiento, que volviera a ese mismo lugar en una hora y preguntara por él, Enes.

Miles de cosas se me pasaron por la cabeza. Algunas peores que otras, pero la situación hacía avizorar una verdadera oportunidad de experiencia viajera.

En las entrañas de la espiritualidad

A la hora convenida me dirigí hacia el lugar de encuentro con Enes. Lo que vendría después quedará en el baúl de las profundas experiencias de quien viaja para aprender.

El hombre estaba esperándome. Con la intención de comunicar a flor de piel y una  actitud de orgullo por lo que me enseñaba, tuvimos una distendida conversación en torno al Islam, que me permitió empaparme de todos los detalles de su religión.

En medio de la conversación con Enes, el llamado a rezo tuvo un sabor especial. Ese “canto” que de pequeño me había emocionado volvía a resonar con más fuerza que nunca. Era el sonido de un Sueño Cumplido.

Fuentes para lavarse el cuerpo antes de entrar a rezar en la Mezquita Azul

Espacio de lavado corporal, previo al rezo

Nuevamente con esa mirada profunda Enes me preguntó: “¿Estás listo para experimentar el Islam por dentro? ¿Quieres entrar a rezar?”. Asentí sin dudarlo, o más bien, con muchas dudas.

Recibí rápidamente las instrucciones del ritual y, tras un lavado corporal, entré a la Mezquita. Poco a poco los turistas eran expulsados del interior mientras veían cómo yo era recibido en esta cultura tan ajena para todos nosotros.

No sé cuánto tiempo habrá pasado pero, con los ojos cerrados intentando asimilar lo que estaba viviendo, entré en un profundo estado de recogimiento. Las filas seguían todos los pasos que me habían enseñado, mientras que los hombros tocándose unos con otros generaban sinergias e identificación entre los creyentes.

Luego de todo ese proceso que para mí duró una eternidad, y con una extraña sensación de irrealidad, salí de la Mezquita junto a Enes. Nos dimos un gran abrazo y nos agradecimos mutuamente por todo. Su mirada dura del principio se convirtió en la de un amigo que había sido capaz de confiar en un chileno viajero que venía a aprender de su espiritualidad.

Han pasado algunos años desde esa experiencia y, cada vez que escucho ese emotivo llamado a rezo, me estremezco y me emociono al rememorar el día en que cumplí este sueño viajero.

Lugar:

Turquía

Intereses:

Religiones

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