Mica y Nico, los chilenos que quieren llegar a Alaska en una kombi


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Hace tres meses esta pareja emprendió la aventura de sus vidas, que hoy los ha llevado a conocer el norte de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.

 

Dicen que cuando se empieza a viajar ya no hay vuelta atrás. Es como si el mundo que conocías hasta entonces de un momento a otro te quedara chico y la única solución fuera seguir recorriendo para ver qué hay más allá.

Así mismo comenzó esta historia. Nicolás Varela venía llegando de un recorrido por Centroamérica y rápidamente volvió a su rutina laboral. Pero ya se había contagiado con el virus viajero y la rutina comenzó a agobiarlo. Entonces se dio cuenta de que era la señal que necesitaba para salir a cumplir lo que siempre había soñado: recorrer América en una kombi.

El paso siguiente fue convencer a su pareja, Micaela Henriquez, que rápidamente se sumó a la aventura. Hoy, después de tres meses de recorrido, es ella misma quien nos relata cómo ha sido esta increíble experiencia que puedes seguir en su cuenta de Instagram @subetealakombi.

¿Qué los motivó a dejarlo todo para comenzar esta nueva vida?

El Nico se había ido a recorrer Centroamérica y, cuando volvió, se dio cuenta de que ya no le hacía sentido vivir encerrado en una oficina la mayor parte del día. Entonces renunció a su trabajo y me motivó a mí para que hiciéramos un roadtrip. Inmediatamente nos pusimos a buscar la kombi perfecta; la tercera que vimos fue la que nos encantó, así que la compramos. Le hicimos los arreglos mecánicos y estéticos pertinentes, renuncié a mi trabajo y comenzamos la aventura.

Pichidangui, Chile

Mica y Nico en Pichidangui

¿Qué fue lo que más les costó dejar para emprender este viaje?

Lo más terrible fue dejar las comodidades del hogar: tener un baño limpio, ropa lavada y ordenada, comida preparada y servida, y una pieza con una buena temperatura para poder dormir tranquilos y sin mosquitos.

¿Qué ha sido lo más difícil de la travesía?

Definitivamente ha sido el calor y la falta de sombra. La combi no tiene aire acondicionado, así que todos los días nos despertamos súper temprano, sobre todo en las playas, donde hay poca sombra y el sol sale muy temprano. Además nos deshidratamos mucho por el calor y nuestra piel sufre por la alta exposición al sol (de hecho, estoy con alergia en la cara por eso mismo).

¿Cuál es el recorrido que quieren hacer y dónde están hoy?

Partimos en Santiago y de ahí viajamos hasta San Pedro de Atacama, recorriendo las playas, los valles y los parques nacionales del camino. Luego cruzamos al norte de Argentina por el paso Jama (a 5.000 metros de altura), haciendo una ruta en diagonal para llegar a Uruguay, donde recorrimos toda la costa desde Colonia de Sacramento hasta Chuy. Después comenzamos una travesía por las costas de Brasil, con Cassino como punto de partida, hasta llegar a Guarda do Embau, donde nos encontramos hoy.

La ruta continúa en el corto plazo hacia Paraguay saliendo desde Florianópolis, para luego retornar a las costas brasileras. La idea es llegar hasta el Amazonas, subir la kombi a una balsa y volver a Perú o Bolivia, para luego tomar la Panamericana hacia Colombia, cruzar a Panamá y recorrer Centroamérica, Estados Unidos y Canadá, hasta llegar a nuestro destino final: Alaska.

Súbete a la kombi

Camino a Argentina

Cuéntanos alguna anécdota entretenida que hayan vivido en estos meses.

El cruce del paso Jama, desde Chile a Argentina, está a 5.000 metros de altura y la falta de oxígeno le afectó mucho a la kombi durante el cruce, porque se enfría sólo por aire. La ruta hasta la aduanas era de 160 kilómetros desde San Pedro de Atacama, pero nosotros nos demoramos siete horas, porque tuvimos que parar muchas veces a esperar que el motor se enfriara.

Cuando ya íbamos llegando al paso Jama para hacer los trámites de inmigración, se nos apagó el motor, pero el vuelito nos alcanzó para llegar hasta la entrada. El gendarme argentino nos saludó y nos indicó que avanzáramos para hacer los trámites de la aduana, pero tuvimos que decirle: “¡Muchas gracias, pero primero tiene que prender el motor para poder avanzar!”. Así que, entre risa y preocupación, nos levantó la barrera para ingresar y, por milagro, la kombi prendió y pudimos entrar a Argentina a duras penas.

¿Crees que todos los viajeros deberían vivir una experiencia así al menos una vez en su vida?

¡De todas maneras! Es muy diferente viajar como mochilero que hacer un roadtrip, ya que de esta forma tienes libertad para avanzar y parar a dormir cuando quieras. Si bien esta forma de recorrer requiere más responsabilidad (preocuparte del gas, del aseo y del orden), al mismo tiempo es la que te da mayor libertad.

Farol de Santa Marta, Brasil

Farol de Santa Marta, en Brasil

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