Mealsurfing, la manera más rica de recorrer el mundo


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Esta nueva tendencia va a cambiar nuestra manera de viajar. Mealsurfing se convirtió en mi nuevo sueño por cumplir, pues une las cosas que más amo en la vida: la comida, las nuevas culturas y los viajes.

 

Topa desde arriba de una mesa con personas de diversas razas

Almuerzo con gente de otros países

Quienes me conocen saben que amo la comida. Con el tiempo y los viajes he podido dejar ciertas “mañas” de cabra chica y he experimentado en esta materia. Debo reconocer que esto también se debe a que mi compañero de viajes es chef y vibra cada vez que vamos a un supermercado o a un mercadito.

Es que en los viajes es imposible decir que no a un plato de comida. Ésta es cultura, tradición y pasión por lo propio. La cocina es la frontera de lo desconocido, la manera en la cual puedes conocer 100% un lugar a través de sus olores y sabores.

Mi nuevo sueño por cumplir

Un día, de vuelta de un viaje, me puse a leer la revista del avión y encontré mi próxima experiencia: ¡viajar por el mundo mealsurfeando! Este concepto nace de Couchsurfing, la app que permite prestarle el sillón de tu casa a un viajero de forma gratuita, además de ser un intercambio cultural que permite a dos personas de diferente nacionalidad compartir y ayudarse. Una increíble experiencia para vivir.

Mealsurfing pretende hacer lo mismo pero con comida, uniendo dos pasiones: la cocina y los viajes. Esta práctica consiste en acudir a casa de desconocidos alrededor del mundo, quienes cocinan las especialidades locales para sus visitantes. Una tremenda alternativa a los restaurantes.

Mesa con platos thai

Comida thai

¿Se imaginan ir por el mundo probando comida casera de diferentes lugares? Ya me imagino mealsurfeando por India, conociendo cómo viven las personas, compartiendo una mesa y probando su comida local. ¡Toda su historia en un solo plato! La gracia está en que durante la comida te introduces en este mundo donde compartes costumbres, colores, decoración y muchas cosas para tu colección mental.

Si hay algo en que coincidimos los viajeros es que llega un momento en el que dices “qué ganas de comer comida casera de mamá” y esto es lo más cercano a eso. Para mí, la cocina del mundo no tiene precio, así como tampoco las sonrisas, miradas y abrazos compartidos en torno a una mesa.

Lo mejor es ir hablando idiomas diferentes enfocados en la comida y empaparse de algo que jamás olvidarás, como un “¿me pasas la sal?”, “¿cómo se llama esto?” o simplemente un “salud”.

Mesa puesta con una paella

Cena a la española

¿Cómo se hace?

Dependiendo de la ciudad hay varios sitios webs y redes sociales para hacer mealsurfing. En Nueva York, Boston y Berlín funciona Kitchensurfing.com; en Italia NewGusto.com; en China, Noruega y Sudáfrica Mealsharing.com; Homedine.com destaca por sus reuniones en Israel; en España y nuevamente en Nueva York tienen a Eatwith.com. Finalmente, Cookapp funciona en Argentina y pronto incluirá a Chile.

Basta ubicar el lugar del mundo que se visitará y aparecen perfiles de anfitriones, menús, precios y referencias de otros mealsurfers. ¡Toda una experiencia para salivar! Eso sí, se debe pagar –un precio bastante accesible para los viajeros–por la experiencia.

Yo ya creé cuentas en diferentes sitios para comenzar a invitar personas que anden por Santiago y quieran comerse un buen asado, una cazuela o qué sé yo. Es que para un viajero compartir con extranjeros también es una forma de viajar. ¡Incluso me parece interesante la idea de hacerlo con viajeros de nuestro mismo país!

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