Los secretos de la Reserva Nacional Altos de Lircay
Porque amo la naturaleza, pues me hace sentir libre y me llena de energía, siempre trato de estar en contacto con ella y hacer paseos, y aquí en nuestro país hay muchos por conocer. Por María Jesús Ossa.
Hace casi diez años atrás, el 2006, fuimos con un grupo de amigas a la Reserva Nacional Altos de Lircay, ubicada hacia el interior de Talca, a la cordillera.
Partimos nuestro paseo caminando ocho horas cuesta arriba para poder llegar a los bellos lugares que se encuentran escondidos entre las montañas de esta reserva. La subida es un poco cansadora, pero el camino es tan maravilloso que el cansancio tiene su recompensa y, al llegar arriba, sabes que todo ha valido la pena y la energía que te aporta la naturaleza es infinita, se siente pura libertad.
Lo primero que nos recibió fue el volcán Descabezado, que nos sorprendió con su cima cubierta de nieve de distintos tonos de grises y blancos. Desde ahí ya por fin llegábamos a nuestro destino de camping, la laguna del Alto. En medio de la nada, a orillas de la laguna, armamos campamento. Un silencio envolvía el lugar y éramos protegidas por las imponentes montañas.
Al otro día, alrededor de la laguna donde alojamos, encontramos ríos y cascadas, así que estuvo increíble para refrescarnos del intenso calor que se siente ahí en verano. Como no hay árboles, no nos quedó más que armar un toldo con el forro de la carpa para protegernos del sol.
Mientras caminábamos siguiendo el río para conseguir agua para cocinar, nos encontramos con uno de tantos improvisados fenómenos de la naturaleza que aparecen siempre: a lo lejos se veía una gigantesca tormenta eléctrica que ni siquiera podíamos oír por lo lejos que estaba, pero se veía como si estuviera al lado. Como iluminaba toda la montaña, nos quedamos arriba de un cerro disfrutando de este panorama hasta que se oscureció. Una maravilla la naturaleza que siempre nos sorprende.
Ya empezaba a hacer mucho frío y, como no se podía hacer fuego, nos metimos a nuestros sacos de dormir. Esta vez quise experimentar el dormir afuera, en un saco hecho para soportar temperaturas bajo cero, gracias a lo cual, en medio de la noche, viví la experiencia más bonita del paseo: al despertar abrí los ojos y vi que se me venían encima miles de millones de estrellas y que, además, se reflejaban en la laguna a mis pies. Estaba encerrada como en una cápsula cubierta de luces, era como un sueño, pero era real y no quería volver a dormirme.
¡Cómo no va a ser increíble conectarse con la naturaleza! Tantos momentos mágicos que quedan instalados en el corazón y en la memoria para siempre y que recordarlos me hace revivirlos.
Al otro día hicimos el paseo al Enladrillado, una misteriosa planicie rocosa cubierta de mitos y especulaciones. Las gigantescas piedras están montadas en una superficie y encajan como ladrillos unas con otras. Desde ahí pudimos disfrutar de unas vistas impresionantes a toda la majestuosa cordillera.
¡Qué increíble lugar! Y eso que este sólo es el comienzo de miles de paseos que hay más al interior, que espero poder hacer en otra ocasión.
Más detalles sobre el parque
Altos de Lircay es la mayor Reserva Nacional de la Región del Maule, con 16.684 hectáreas de valles, cordilleras y praderas altoandinas. Allí se pueden hacer paseos a caballo, trekking, observar la flora y fauna, bañarse en pozas labradas por lava volcánica, y hacer paseos cortos a las piedras Tacitas y al Mirador Antahuara.
También se puede visitar el río Lircay, la Quebrada Los Coigџes o sitios de interés arqueológico como La Piedra Los Platos. Además, existen varios senderos de excursión como el Valle del Venado, Aliwenmahuida, Sol de la Montaña y El Peine.
El parque se encuentra abierto todo el año, aunque la habilitación de algunos senderos depende del clima.