Los mejores spots para ver ballenas en Chile
Después de estar a un paso de la extinción, hoy nadan libres por el mundo en gloria y majestad. Así, entre septiembre y mayo, las costas chilenas se convierten en el escenario de un espectáculo único en el planeta.
Durante décadas fueron la especie más apetecida por los cazadores del mundo marino, y Chile no fue la excepción. Tal fue la magnitud de esta matanza, que las ballenas azules, jorobadas y francas australes estuvieron al borde de la extinción.
Hasta que la Comisión Ballenera Internacional dijo “basta”.
Treinta años han pasado desde la toma de esta decisión y, contra viento y marea (literalmente), cientos de ballenas de diversos tipos han regresado a migrar a lo largo de las costas chilenas. Algunas de estas zonas, incluso, son destacadas a nivel internacional por su excelente visibilidad.
¡Estos son los mejores spots para ver ballenas en Chile!
Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, Región de Atacama
Cada verano, las islas que componen esta reserva marina se llenan de turistas atraídos por las aguas turquesa de isla Damas, los delfines nariz de botella, las colonias de pingüinos y las loberías. Sin embargo, es entre noviembre y abril cuando se convierten en el escenario de una de las migraciones más espectaculares del Pacífico.
Decenas de ballenas del tipo fin, azul y jorobada, entre otras, se dejan ver por las costas de la Región de Atacama mientras migran entre Centroamérica y la zona más austral de Chile en busca de comida.
Chiloé, Región de Los Lagos
El golfo de Ancud y la costa noroeste de Chiloé –sobre todo la zona de Puñihuil e isla Metalqui– son los escenarios favoritos de las ballenas azules. Tanto así, que es la zona con mayor concentración de estos cetáceos en todo el hemisferio sur. Sin embargo, verlas no es tan fácil, pues sólo salen a la superficie para respirar.
Todo esto se debe a las mareas y corrientes del mar que rodea el área, que ayudan a reunir allí grandes cantidades de krill y fitoplancton, el principal alimento de las ballenas. ¿Cuándo verlas? Durante la temporada migratoria que va entre septiembre y abril.
Golfo Corcovado, Región de Los Lagos
Al igual que el norte de Chiloé, esta zona que marca el límite entre la X y XI Región es una de las más privilegiadas del hemisferio sur para ver ballenas azules y también algunas jorobadas. Para verlas asomarse en la superficie marina se puede salir desde Melinka, en el archipiélago de las Guaitecas, desde donde zarpan embarcaciones de gran tamaño.
En el Parque Tantauco, al sur de Chiloé, se pueden hacer expediciones en kayak, desde donde se pueden avistar estos enormes mamíferos, que suelen dejarse ver en las costas de Queilen y Quellón entre diciembre y abril.
Parque Marino Francisco Coloane, Región de Magallanes
El que pensaba que las ballenas sólo migraban por mar abierto está muy equivocado, y la prueba está en el Estrecho de Magallanes. Entre fiordos, canales y mucha naturaleza se encuentra este parque marino que desde 1994 se ha convertido en la zona preferida por las ballenas jorobadas.
Así, las costas de la isla Carlos III ofrecen avistamientos prácticamente garantizados entre diciembre y mayo por tres motivos: la peculiar geografía de la zona, la gran cantidad de ejemplares que llegan a ella (350 aproximadamente) y lo juguetones que son, dando saltos y golpes con sus colas en el mar.
Antártica, Región de Magallanes y de la Antártica Chilena
El fin del mundo no es sólo hielo y frío. La Antártica es también uno de los grandes sitios de Chile para ver numerosas especies de ballenas, entre las que destacan la jorobada, franca austral, minke y azul.
A bordo de botes zodiac es posible acercarse a pocos centímetros de estos mamíferos, como en ningún otro lugar de las costas chilenas. Conviene dejar los miedos de lado y entregarse a la experiencia, pues está comprobado que las ballenas andan en son de paz.