Comenzó a escribirse en 1989 en un restaurante de La Paz, tiene muchísimos autores y no se puede comprar en cualquier tienda.  Es la biblia de los viajeros, una cadena de consejos que ha pasado por las manos de miles de personas.

Hoteles baratos, lugares peligrosos, restaurantes imperdibles y cosas que sí o sí hay que hacer. Todo eso y más es lo que, desde hace veinte años, ha logrado reunir The Book, una guía de viajes que se alimenta de datos, consejos, historias, dibujos e, incluso, quejas de diversos viajeros de alrededor del mundo.

Se conoce también como “El Libro del Viajero”, “El Libro de la Memoria” o “El Libro de Israel”, debido a que está escrito mayormente por israelíes, quienes comúnmente se van a viajar por el mundo al terminar el servicio militar.

La mayoría de los israelitas salen a viajar al terminar el servicio militar

Por eso mismo, el libro no es conocido por todos los viajeros, y tampoco es fácil de encontrar, aunque está presente en varios países latinoamericanos. Se puede encontrar en el albergue Platypus de Bogotá, en Colombia; también en una lavandería en San José, Costa Rica, cuyo nombre desconocemos; en Perú se encuentra en el hostal limeño House of Fun, en una desconocida agencia de viajes, y también en Huaraz.

Dorit Moralli es una israelita que llegó a La Paz en 1967 y forma parte importante de esta historia. En 1986 abrió las puertas de su restaurante, hostal y agencia de viajes llamada El Lobo donde, un mes más tarde, cuatro mochileros de su país llegaron preguntando por el libro. Allí comenzó la tradición de escribir anotaciones en este cuaderno, que hoy va en su sexta edición.

El Lobo / Crédito: Booking.com

Pero, ¿qué diferencia a The Book del resto de las guías de viaje, y por qué es la favorita de los viajeros de Israel? La respuesta está no sólo en que es un libro creado por jóvenes de este país, sino también en que contiene advertencias claves sobre los lugares de Sudamérica en que se han visto conductas antisemitas.

La tradición sigue viva después de dos décadas y el libro está disponible para todos los viajeros que quieran mirarlo. Por eso, si vas a La Paz, date un tiempo para detenerte en El Lobo y pedirlo. No sólo te encontrarás con todo tipo de anotaciones, sino que también podrás dejar la tuya.