Hace un tiempo, antes de venir a Barcelona, una amiga me contó sobre las Fallas de Valencia, una tradición que se remonta muchos años atrás y aún se celebra en dicha ciudad.  Me había prometido que sería una de esas experiencias que realmente vale la pena. Y la verdad es que lo pude comprobar. Por Gonzalo Mardones. 

Valencia iluminada

Luego de haber tenido que tomar dos trenes y viajar cuatro horas, lo único que esperaba era que Las Fallas de Valencia cumplieran con mis expectativas. Y lo hicieron desde la primera impresión.

Las calles de la ciudad estaban hermosamente decoradas con distintos adornos luminosos y, por supuesto, con fallas (ya explicaré qué son) repartidas en diversos puntos de la ciudad. Pero no sólo eso, sino que estaba lleno de gente. Pero llenísimo. Gente que había venido de todas partes únicamente al último día de las Fallas que, sin haber vivido los otros, me atrevo asegurar que debe ser el mejor.

Se podía respirar el aire de fiesta y alegría en cada rincón de la ciudad, así como oír estallar fuegos artificiales y petardos continuamente.

Las fallas

Las fallas

Durante esta semana se presentan en diversos lugares de la ciudad unos muñecos gigantes con motivos infantiles como los que se pueden ver en las fotografías. Son las famosas fallas. Están en exhibición durante toda la semana, pero como sólo estuve ahí el último día no las pude ver todas. Lo mejor sería ir por unos dos días, los  últimos.

Durante alrededor de dos horas estuvimos paseando por el lugar, porque si bien las fallas son el atractivo principal, también hay muchas otras cosas que hacer. Cerca de la Plaza del Ayuntamiento se instala una feria en la que puedes encontrar artesanía, comida típica de la zona, etcétera.

Si bien no me gustan mucho los mariscos, no podía irme de Valencia sin probar la famosa paella valenciana. Preferí probar la típica porque creo que lo merecía, pero hay para todos los gustos: de carne, mariscos, vegetarianas, etcétera. También probar unos churros y beber un chocolate es algo que hay que hacer sí o sí.

Fuegos artificiales en el show final

El show final

A eso de las 22 horas se comienzan a quemar las fallas formando hogueras gigantes en distintos puntos de la ciudad para ir preparando el show final.

La última falla en arder es la que se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento. La que había era gigante, pero miraba hacia el Ayuntamiento y no hacia donde se encontraba el público, aunque eso no fue impedimento para hacer del cierre algo memorable.

Una vez que la falla estaba consumida a la mitad comenzó un show de fuegos artificiales realmente bueno; luces de todos los colores iluminaron la ciudad mientras el fuego terminaba de consumir el resto de la falla y se podían escuchar los gritos de la gente.

Si tuviese la oportunidad de estar en España para vivir nuevamente esta tradición, no me lo perdería por nada.